jueves, 8 de julio de 2010

-HITLER Y LOS PERROS


FOXL



Recuerdo que en una de las peores películas sobre Hitler, sino la peor, "Hitler el Reinado del Mal", protagonizada por Robert Carlyle, hay una escena en la que se ve a un Hitler enfurecido latigando a un perro. Sencillamente esto es una falacia absoluta. Es de sobra conocido el amor que Hitler sentía hacia los perros. Tanto es así que durante la guerra las familias con perro tambien tenían una cartilla de racionamiento para sus canes. Recuerdo que la escena del film me produjo mucha indignación, por ser absolutamente falsa. Hitler tuvo perros casi siempre. El primer perro del que tengo constancia fue Foxl y fue durante la I Guerra Mundial. Pero dejemos a Hitler que nos hable de aquel perro:

"Es enorme lo que he querido a aquel bicho. Nadie podía tocarme sin que Foxl se pusiera furioso. No seguía a nadie más que a mi. Cuando volvía después de dos días de ausencia ya no quería separarse de mi. En la trinchera todo el mundo le quería. Durante las marchas, corría alrededor de nosotros, observándolo todo: no se le escaba nada. Lo compartía todo con él. Por la noche se acostaba a mi lado. ¡Y pensar que me lo robaron! No habría podido separarme de él. En mi vida he podido vender un perro. Me acuerdo: fue antes de llegar a Colmar. El ferroviario que quería conseguir a Foxl pasó dos veces por el vagón y me ofreció doscientos marcos. "Aunque me diera cien mil, no lo tendría usted". Al bajar en Harpsheim , me apercibo súbitamente de que el perro ha desaparecido. La columna se pone en marcha. ¡Me era imposible quedarme detrás! Estaba desesperado. El sinvergüenza que me robó mi perro no sabe lo que me hizo."

Como se puede observar, nada que ver con la escena de la película.

MUCK








El siguiente perro en la vida de Hitler fue Muck, que se lo regalaron en 1921. Habla Hitler:

"Estaba tan triste con el recuerdo de su antiguo amo, que no podía acostumbrarse a mi. Decidí separarme de él. Su nuevo dueño se había alejado unos pasos solamente cuando le abandonó y vino a refugiarse a mi lado poniéndome las patas sobre los hombros. Entonces me quedé con él. "


BLONDI






Sí es cierto que Hitler daba prioridades también a los perros dependiendo de su raza. A Eva Braun le regaló dos perros terrier escoceses negros pero prohibió la distribución de fotografías en las que aparecía con ellos. Se solía burlar de los perros de Eva Braun. Sin embargo permitía a Eva tenerlos en su salón, lo que motivaba que su perra favorita, Blondie, tuviera que quedarse encerrada. Cuando lograba ablandar a Eva le pedía permiso para traer a Blondie y retirar los dos canes de Eva. Resulta curioso que Hitler pidiera permiso a alguien para hacer algo.









Efectivamente, Blondi fue el pastor alemán favorito y más conocido de Hitler. Sentía verdadera pasión por ella. Incluso Hitler tenía un jefe de perros, el sargento Tornow, que era el único autorizado a pasearla. Hitler jugaba mucho con Blondi y le gustaba que los demás vieran lo inteligente que era. La perra era capaz de hacer piruetas que dejaban maravillados a los invitados de Hitler. Le decía "Blondi, ¡canta!" y la perra se ponía a aullar. Cuanto más le alababa Hitler, más aguda era la voz de la perra. Cuando la perra cantaba con voz grave, Hitler le decía "Blondi, canta más grave, como Zarah Leander" y la perra aullaba tan grave como un lobo.




Hitler decia:

"Es el perro más inteligente que conozco. A veces juego con ella a la pelota en mi despacho. A veces lanza la pelota debajo del armario y tengo que ir a la chimenea y recogerla con el atizador... tengo miedo de que se rompa las patas en el suelo de parqué, por eso no ya no juego con ella."













Hitler por las mañanas daba un paseo con Blondi. Mandó construir una pista de obstáculos para hacerle correr. Según Christa Schroeder, esa era la única distracción de Hitler.

Hitler intentó aparear a Blondi en varias ocasiones. La primera vez lo intentó con el perro de la viuda de Troost pero no hubo forma. La segunda vez, esta vez con éxito, se apareó con el perro de Alfred Rosenberg y Blondi parió ocho cachorros, pero solo sobrevivieron tres. Al más fuerte de ellos lo bautizó con el nombre de Wolf, como le gustaba ser llamado a si mismo. Pero esto sucedió ya al final de la guerra. Durante el mes de abril de 1945 era habitual ver a Hitler jugar con Wolf, que se había convertido en su cachorro favorito.

Blondi estuvo enferma en 1943 cuando contrajo una enfermedad contagiosa. Hitler hizo llevar a su perra a una clínica veterinaria privada de Munich e hizo llevar a la clínica huevos, carne y manteca para su perra. Cada mañana llegaba un informe sobre su salud que su ayuda de cámara le leía. Si el informe no era muy bueno, Hitler se mostraba muy preocupado. Pero la perra se reestableció.










Para reafirmar el caracter diabólico de Hitler se ha dicho que mandó probar el veneno con el cual se iba a suicidar primero con Blondi. Efectivamente fue así. Pero no solo para probar su eficacia sino porque Hitler sabía que Blondi sin su presencia estaba perdida. Imaginémonos que la perra hubiera caido en manos de los rusos. Estoy seguro de que habría sido un botín con muy poco futuro.




El destino de los perritos de Eva Braun es poco conocido. Negus murió en Berlín al estallar una granada soviética. Stasi, el otro perrito, se encontraba en el Berghof al final de la guerra. En medio de toda la confusión que reinaba en la casa de Hitler, el perrito escapó y nadie sabe cómo logro recorrer más de 100 kilómetros hasta Munich. Un vecino se apiadó del animalito y le dio de comer. Pero después desapareció. Como Hitler y Eva Braun.

NOTAS:
En la primera imagen, Hitler con su perro Foxl durante la I Guerra Mundial.
La segunda imagen, poco distribuida, Hitler en los alrededores del Berghof, supongo que a finales de los años veinte. Tercera y cuarta imagen, Hitler y Eva Braun con sus perros.
Fuentes: "Conversaciones sobre la Guerra y la Paz"
"Doce años junto a Hitler"
"Hasta el Último Momento"
"El Informe Hitler"
"Hitler y Eva Braun"



No hay comentarios: