Las numerosas y razonables, ofertas de paz de Hitler a las potencias aliadas son un hecho histórico indiscutible. “Los historiadores” oficiales no pueden negar la realidad de estas razonables ofertas, por lo que eligen ignorarlas completamente. Si la verdad de las súplicas de Hitler por la paz llegara a ser ampliamente conocida, se pondría de cabeza a la narrativa convencional de la Segunda Guerra Mundial (y los acontecimientos posteriores). Considere las siguientes declaraciones y hechos reales, y decida usted mismo quien era en realidad el “agresor” detrás de la Segunda Guerra Mundial.
Hitler propone soluciones pacíficas al problema del ‘Corredor Polaco’
Después de la Primera Guerra Mundial, los victoriosos aliados habían repartido el territorio alemán y dado parte de Alemania (Prusia Occidental) a la recién creada nación de Polonia. Prusia Oriental quedó aislada; totalmente aislada de Alemania. Las tensiones entre los polacos, Judios y los minoritarios alemanes cuecen a fuego lento en la zona.
Para resolver el problema, Hitler hace numerosas propuestas sensatas; que incluyen: la des-militarización de las zonas portuarias clave, un referéndum público, aceptando Gyynia como ciudad portuaria de Polonia en el Mar Báltico, 1 km de ancho de carril y pasajes de carretera para vincular Prusia Oriental a Alemania o para vincular a Polonia con el Mar Báltico.
EXTRACTO DE LA PROPUESTA DE PAZ DE 16 PUNTOS DE HITLER:
“[Los] Nazis quieren Danzig, pero dejaran que unas votaciones decidan sobre el corredor [Polaco].
Berlín, Alemania – (AP)- El gobierno alemán el jueves por la noche decidió publicar por completo el intercambio de notas y comunicaciones entre Gran Bretaña y Alemania, y por lo tanto, informar al mundo de la propuesta [de Alemania] de 16 puntos hecho a Polonia… Las propuestas incluyen, el regreso incondicional de Danzig, un plebiscito sobre el corredor polaco bajo control internacional, desmilitarización de Gedania y Danzig…
La Rusia soviética, como nuevo amigo de Alemania, figura por primera vez en las negociaciones, en las que, junto a Inglaterra, Francia e Italia, conduciría el plebiscito como miembro de la comisión internacional que gobierna el corredor, durante el año en que el plebiscito está siendo preparado… Alemania, a pedido de Inglaterra, declaro su voluntad de entrar en negociaciones directas con Polonia, y pidiendo que se enviara un plenipotenciario polaco a Berlín para la media noche del 30 de agosto a más tardar.
Polonia, Alemania acuso, no respondió y finalmente, [en] la tarde del jueves el embajador Josef Lipsky llamo a la oficina Relaciones Exteriores, pero no tenía poderes plenarios… Por lo tanto el gobierno alemán se vio obligado… a concluir que Polonia había rechazado la propuesta.
Los 16 puntos:
1) Danzig regresa inmediatamente a Alemania.
2) El corredor polaco, desde Marienwerder a Grudziadz, Kulm y Bydgoszcz, serán sujetos a un plebiscito, a fin de determinar a qué nación irán.
3) Podrán formar parte del plebiscito bajo una comisión internacional, todos los alemanes, polacos y otros que residieron en el corredor el 1 de enero de 1918. La comisión será compuesta por italianos, rusos soviéticos, franceses e ingleses. Todos los soldados polacos y la policía deben retirarse.
4) El puerto marítimo de Gedania es exento del plebiscito, y se mantiene polaco.
5) Para permitir un tiempo amplio para un plebiscito justo, el mismo tomara lugar dentro de 12 meses.
(…)
8) En caso que el corredor sea votado a [favor] de Polonia, [a] Alemania le será concedida una zona extraterritorial para una carretera y [una] vía férrea de un kilómetro de ancho. En caso de ser votado a [favor] de Alemania, se le otorgaran privilegios similares a Polonia [con respecto a] Gedania.
(…)
13) [Las] Quejas sobre el trato a minorías, por parte de ambos países, deben ser enviadas a una comisión internacional de investigación. Todos los daños inflingidos desde 1918 deben ser reparados…
(…)
15) En caso de que estas propuestas sean aceptables, ambos lados deben desmovilizarse inmediatamente.”
– Hitler Gives 16 Point Peace Plan” (Hitler ofrece un plan de paz de 16 partes), The Milwaukee Journal, agosto 31 de 1939, p. 24.
Si nos lo preguntan, esta nos parece una propuesta MUY GENEROSA, y atenta a la realidad de las cosas, la única razón por la que tal propuesta fuera ser rechazada, es porque las otras partes, tal como luego dijo Hitler, deseaban una guerra.
Por último, mientras los ataques contra los alemanes que vivían en Polonia aumentaban, Hitler propuso que la región se colocara bajo control internacional. Cada propuesta alemana fue ignorada. Actualmente sabemos que, tras bambalinas, el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt, había estado presionando a Polonia para que esta no hiciera ningún trato con Alemania.
LA CAMPAÑA SECRETA DEL PRESIDENTE ROOSEVELT PARA INCITAR A LA GUERRA EN EUROPA: LOS DOCUMENTOS POLACOS SECRETOS.
Mucho se ha escrito acerca de la campaña de engaños de Roosevelt y mentiras descaradas con el fin de conseguir la intervención de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial antes del ataque japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941. La ayuda de Roosevelt a Gran Bretaña y la Unión Soviética, en violación de la neutralidad estadounidense y el derecho internacional, sus actos de guerra contra Alemania en el Atlántico, en un esfuerzo para provocar una declaración guerra alemana contra los Estados Unidos, la autorización de una vasta campaña de “trucos sucios” en contra de ciudadanos estadounidenses por agentes de inteligencia británicos en violación de la Constitución, y sus provocaciones y ultimátums contra Japón, que resultaron en el ataque contra Pearl Harbor -. Todo esto está documentado extensivamente y son razonablemente bien conocidos [1]
No tan conocida es la historia de la enorme responsabilidad de Roosevelt en el estallido de la Segunda Guerra Mundial en sí. Este ensayo se centra en la campaña secreta de Roosevelt en provocar una guerra en Europa antes del estallido de las hostilidades en septiembre de 1939. Se trata en particular de sus esfuerzos para presionar a Gran Bretaña, Francia y Polonia de ir a la guerra contra Alemania en 1938 y 1939.
Franklin Roosevelt no sólo involucró criminalmente a los Estados Unidos en una guerra que ya había engullido a Europa. Él [Roosevelt] tiene una grave responsabilidad ante la historia por el estallido de la guerra más destructiva de la historia. Este trabajo se basa principalmente en una colección poco conocida de documentos secretos polacos que cayeron en manos alemanas cuando Varsovia fue capturada en septiembre de 1939. Estos documentos establecen claramente el papel crucial de Roosevelt en la creación de la Segunda Guerra Mundial. También revelan las fuerzas detrás del presidente que empujaron a la guerra.
Cuando los alemanes capturaron Varsovia a finales de septiembre de 1939, se apoderaron de una gran cantidad de documentos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia. En una carta del 8 de abril de 1983, el Dr. Karl Otto Braun de Múnich me informó que los documentos fueron capturados por una brigada de las SS dirigida por Freiherr Von Kuensberg, al que [el Dr. Karl Otto] Braun conoció personalmente.
En un ataque sorpresa, la brigada capturó el centro de Varsovia antes que el ejército alemán regular. Von Kuensberg le dijo al [Dr. Karl Otto] Braun que sus hombres tomaron el control del Ministerio de Exteriores polaco, al tiempo que los funcionarios del Ministerio estaban en el proceso de quemar documentos incriminatorios. El Dr. Braun era un funcionario de la Oficina de Relaciones Exteriores de Alemania entre 1938 y 1945.
La Oficina de Relaciones Exteriores de Alemania eligió a Hans Adolf von Moltke, ex embajador del Reich en Varsovia, para encabezar una comisión especial para examinar la colección y ordenar los documentos que podrían ser adecuados para su publicación. A finales de marzo de 1940, 16 de estos [documentos] fueron publicados en forma de libro bajo el título “Polnische Dokumente zur Vorgeschichte des Krieges” ["Documentos polacos sobre la historia de la guerra"].
La edición extranjera fue subtitulada “Libro Blanco Alemán No. 3“. El libro fue publicado de inmediato en varias ediciones en lengua extranjera en Berlín y otras capitales europeas. Una edición americana fue publicada en Nueva York por “Howell, Soskin and Company” como “The German White Paper” (El Libro Blanco alemán). El historiador C. Hartley Grattan contribuyó con un prólogo muy cauteloso y reservado. [2]
La traducción de los documentos para la edición del Libro Blanco en ingles era inexcusablemente mala. Frases enteras y partes de las oraciones estaban desaparecidas y otras partes fueron groseramente mal traducidas. H. Keith Thompson me explicó el por qué fue así durante una conversación el 22 de marzo de 1983 y en una carta del 13 de mayo de 1983.
Un pobre primer borrador de la traducción en idioma Inglés se había preparado en Berlín y enviado a Estados Unidos. Se le dio a George Sylvester Viereck, un prominente publicista americano pro-alemán y asesor literario de la Biblioteca Alemana de Información en la ciudad de Nueva York. Thompson conocía a Viereck íntimamente y se desempeñó como su ayudante principal y re-escritor. Viereck había vuelto a redactar a toda prisa la traducción de Berlín en una prosa más legible, pero sin ninguna oportunidad de compararlo con el texto original polaco (que él no podía leer, en cualquier caso), o incluso la versión oficial en lengua alemana. Al hacer estos cambios de estilo para facilitar la lectura, el significado de los documentos originales era de ese modo inadvertidamente distorsionado.
SENSACIÓN EN LOS MEDIOS
El Gobierno alemán considera los documentos polacos capturados como de gran importancia. El viernes 29 de marzo, el Ministerio de Propaganda del Reich informó confidencialmente a la prensa diaria de la razón de la liberación de los documentos:
“Estos extraordinarios documentos, que tal vez sean publicados a partir de la primera edición del sábado, van a crear una sensación política de primera clase, ya que, de hecho, demuestran el grado de responsabilidad de Estados Unidos por el estallido de la guerra actual. La responsabilidad de Estados Unidos no debe, por supuesto, enfatizarse en los comentarios; los documentos deben hablar por sí mismos, y hablan con suficiente claridad.
El Ministerio de Propaganda pide específicamente que suficiente espacio se reserve para la publicación de estos documentos, que son de suma importancia para el Reich y del pueblo alemán.
Le informamos… que el propósito de la publicación de estos documentos es fortalecer a los aislacionistas norteamericanos y colocar a Roosevelt en una posición insostenible, especialmente en vista del hecho de que él está de pie a la reelección. Sin embargo, no es en absoluto necesario que nosotros señalamos la responsabilidad de Roosevelt; sus enemigos en América se harán cargo de eso.” [3]
La Oficina de Relaciones Exteriores de Alemania hizo los documentos públicos el Viernes, 29 de marzo 1940. En Berlín, a los periodistas de todo el mundo, incluyendo de los Estados Unidos, se les dio copias facsímiles de los documentos polacos originales y traducciones en alemán. A los periodistas se les permitió examinar los documentos originales por sí mismos, junto con una enorme pila de otros documentos de la cancillería polaca.
Los principales funcionarios del gobierno de EE.UU. no perdieron tiempo en denunciar vehementemente los documentos como falsificaciones… Estas categóricas negaciones públicas por los más altos funcionarios tuvieron el efecto de socavar casi por completo el impacto anticipado de los documentos. Hay que recordar que se trataba de varias décadas antes de que las experiencias de la guerra de Vietnam y Watergate que habían enseñado otra generación de estadounidenses a ser muy escépticos de tales negaciones oficiales. En 1940, la gran mayoría del pueblo norteamericano confiaba en sus líderes políticos para decirles la verdad.
Aunque el libro de documentos polacos fue etiquetado “primera serie”, nunca aparecieron más volúmenes. De vez en cuando el gobierno alemán hacia públicos documentos adicionales a partir de los archivos polacos. Estos fueron publicados en forma de libro en 1943, junto con numerosos otros documentos capturados por los alemanes del Ministerio de Asuntos Exteriores francés y otros archivos europeos, bajo el título Roosevelts Weg in den Krieg: Geheimdokumente zur Kriegspolitik des Praesidenten der Vereinigten Staaten ["El camino a la guerra de Roosevelt: documentos secretos sobre la política de guerra del presidente de los Estados Unidos"] [7]
Está más allá del alcance de este artículo el entrar en las complejidades de las relaciones germano-polacas entre 1933 y 1939 y las razones para el ataque alemán contra Polonia en la madrugada del primer día de septiembre de 1939. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que Polonia se había negado a negociar, incluso sobre la autodeterminación de la ciudad alemana de Danzig y la minoría étnica alemana en el llamado Corredor Polaco.
Hitler se vio obligado a recurrir a las armas cuando lo hizo en respuesta a una creciente campaña de terror polaca y el despojo contra el millón y medio de alemanes étnicos bajo el gobierno polaco… Si alguna vez una acción militar estaba justificada, esta fue la campaña alemana contra Polonia en 1939.
La obstinada negativa de Polonia a negociar fue posible gracias al fatídico cheque en blanco que le garantizaba el respaldo militar de Gran Bretaña – una promesa que al final resultó ser completamente inútil para los desafortunados polacos… También es importante tener en cuenta que el conflicto puramente localizado entre Alemania y Polonia sólo se transformó en una conflagración en toda Europa por las declaraciones de guerra británicas y francesas contra Alemania.
AUTENTICIDAD MÁS ALLÁ DE LA DUDA
Ahora no hay ni la menor duda de que los documentos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Polonia en Varsovia hechos públicos por el gobierno alemán son genuinos y auténticos. Charles C. Tansill, profesor de historia diplomática estadounidense de la Universidad de Georgetown, los consideraba genuinos.
“… Tuve una larga conversación con el señor Lipsky, el embajador polaco en Berlín en los años previos a la guerra, y me aseguró que los documentos en el Libro Blanco alemán son auténticos”, escribió. [8]
El historiador y sociólogo Harry Elmer Barnes confirmó esta evaluación:
“Tanto el profesor Tansill y yo hemos establecido de forma independiente la autenticidad completa de estos documentos”. [9]
En America’s Second Crusade (1950), William H. Chamberlin informó:
“se me ha informado de forma privada por una fuente muy confiable que Potocki, que actualmente reside en América del Sur, confirmó la exactitud de los documentos, en lo que a él se refería”. [10]
Más importante aún, Edward Raczynski, el embajador polaco en Londres desde 1934 hasta 1945, confirmó la autenticidad de los documentos en su diario, que fue publicado en 1963 bajo el título In Allied London. En su entrada del 20 de junio de 1940, escribió:
Los alemanes publicaron en abril un Libro Blanco que contiene los documentos de los archivos de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores, que consta de los informes de Potocki en Washington, Lukasiewicz en París y míos. Yo no sé dónde los encontraron, ya que nos dijeron que los archivos habían sido destruidos. Los documentos son ciertamente genuinos, y los facsímiles muestran que la mayor parte [de los documentos de] los cuales los alemanes se apoderaron, son los originales y no simples copias.
En esta “primera serie” de los documentos encontré tres informes de esta Embajada, dos [escritos] por mí y el tercero firmado por mí, pero escrito por Balinski. Los leí con cierta aprensión, pero no contenían nada que pueda ponerme en peligro a mí mismo o la Embajada, o perjudicar las relaciones con nuestros anfitriones británicos. [11]
En 1970 su autenticidad fue confirmada con la publicación de Diplomat en París 1936-1939. http://www.amazon.com/Diplomat-Paris-1936-1939-Lukasiewicz-Ambassador/dp/B000NNB0HQ
Esta importante obra consta de los documentos oficiales y memorias de Juliusz Lukasiewicz, el ex embajador de Polonia en París que fue autor de varios de los informes diplomáticos secretos hechos públicos por el gobierno alemán. La colección fue editada por Waclaw Jedrzejewicz, ex diplomático y miembro del gabinete polaco, y más tarde profesor emérito de las universidades de Wellesley y Ripon. El profesor Jedrzejewicz considero los documentos hechos públicos por los alemanes como absolutamente genuinos. El mismo los citó.
LOS DOCUMENTOS:
Ahora veremos amplios extractos de los mencionados documentos polacos, en orden cronológico. Son extraordinariamente lúcidos… y elocuentes por sí mismos.
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El 9 de febrero de 1938, el Embajador de Polonia en Washington, el Conde Jerzy Potocki, informó al Ministro de Relaciones Exteriores en Varsovia en el papel de los judíos en la elaboración de la política exterior de Estados Unidos:
“La presión de los Judios en el Presidente Roosevelt y en el Departamento de Estado es cada vez más poderosa…
…Los Judios son en estos momentos los líderes en la creación de una psicosis de guerra que sumiría al mundo entero en la guerra y provocaría una catástrofe general. Este estado de ánimo se está haciendo más y más evidente.
En su definición de los estados democráticos, los Judios también han creado un verdadero caos: [Los judios] han mezclado juntas la idea de la democracia y el comunismo y, sobre todo, han levantado una bandera del ardiente odio contra el nazismo.
Este odio se ha convertido en un frenesí. Se propaga por todas partes y por todos los medios: en los teatros, en el cine, y en la prensa. Los alemanes son retratados como una nación que vive bajo la arrogancia de Hitler, el cual quiere conquistar todo el mundo y ahogar a toda la humanidad en un océano de sangre.
En conversaciones con los representantes de la prensa judía me he puesto en contra, en varias ocasiones, de la inexorable y convencida opinión de que la guerra es inevitable.
Este judaísmo internacional explota todos los medios de propaganda para oponerse a cualquier tendencia [que lleve] hacia cualquier tipo de consolidación y el entendimiento entre las naciones.
De esta manera, la convicción está creciendo firme y seguramente en la opinión pública que aquí los alemanes y sus satélites, en forma de fascismo [Italia, Japón, et al], son enemigos que deben ser sometidos por el ‘mundo democrático.’”
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Fuimos advertidos y los pueblos del mundo no quisieron escuchar, aun hoy NO quieren escuchar. Hitler: Los Judios NO quieren la Paz – Hitler nos habla de que el enemigo de la Humanidad es UNO SOLO:
Prosigamos con los documentos:
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El 21 de noviembre de 1938, el Embajador Potocki envió un informe a Varsovia, que discute con cierto detalle una conversación entre él y Bullitt, que se encontraba de vuelta en Washington:
“Antes de ayer tuve una larga conversación con el Embajador Bullitt, que está aquí de vacaciones. Comenzó señalando que existían relaciones de amistad entre él y el Embajador [polaco] Lukasiewicz en París, cuya compañía disfrutaba enormemente.
Dado que Bullitt informa periódicamente al presidente Roosevelt acerca de la situación internacional en Europa, y en particular sobre Rusia, se presta gran atención a sus informes por parte del Presidente Roosevelt y el Departamento de Estado. Bullitt habla enérgicamente y de manera interesante. Sin embargo, su reacción a los acontecimientos en Europa se parecen más a la de un periodista que las de un político…
Acerca de Alemania y el canciller Hitler hablaba con gran vehemencia y gran odio. Dijo que sólo la fuerza, y en última instancia una guerra pondría fin a la futura locura expansionista alemana.
A mi pregunta sobre cómo el [Bullitt] visualizaba esta guerra que se avecina, me contestó que por encima de todo los Estados Unidos, Francia e Inglaterra deben rearmarse enormemente con el fin de estar en condiciones de oponerse al poder alemán.
Sólo entonces, cuando el momento sea propicio, declaró Bullitt, estaremos listos para la decisión final. Le pregunté de qué manera podría surgir un conflicto, ya que Alemania probablemente no atacaría a Inglaterra y Francia en primer lugar. Yo simplemente no podía ver el punto de conexión en toda esta combinación.
Bullitt respondió que los países democráticos necesitaban absolutamente de otros dos años hasta que estuvieran completamente armados. Mientras tanto, Alemania, probablemente habría avanzado con su expansión en dirección este. Sería el deseo de los países democráticos que los conflictos armados se desataran allí, en el este, entre el Reich alemán y Rusia. Como la fuerza potencial de la Unión Soviética aún no se conoce, puede ocurrir que Alemania se mueva demasiado lejos de su base, y sería condenada a librar una larga y debilitante guerra. Sólo entonces los países democráticos atacarían a Alemania, Bullitt declaró, y obligarla a capitular. En respuesta a mi pregunta de si Estados Unidos tomaría parte en esa guerra, dijo, ‘Sin duda que sí, pero sólo después de que Gran Bretaña y Francia le hayan dado rienda!’… Bullitt dio la impresión de no estar muy bien informado acerca de la situación en Europa del Este, dado que conversó de manera bastante superficial.”
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El informe del Embajador Potocki de Washington del 09 de enero 1939 se ocupó en gran parte con el discurso anual del presidente Roosevelt al Congreso:
“El público estadounidense está sujeto a una propaganda cada vez más alarmante, que se encuentra bajo la influencia judía y continuamente evoca el fantasma del peligro de guerra. Debido a esto, los estadounidenses han alterado fuertemente sus opiniones sobre los problemas de la política exterior, en comparación con el año pasado.”
De todos los documentos de esta colección, el más revelador es probablemente el informe secreto del Embajador Potocki, del 12 de enero 1939, que trata de la situación interna de los Estados Unidos:
“El sentimiento que prevalece en los Estados Unidos está marcado por un odio creciente hacia el fascismo y, sobre todo, al canciller Hitler y todo lo relacionado con el nazismo. La propaganda está en su mayoría en manos de los Judios, que controlan casi el 100 por ciento de la radio, el cine, la prensa los diarios y periódicos.
Aunque esta propaganda es extremadamente burda y presenta a Alemania como tan oscura como les posible, esta propaganda es sin embargo muy eficaz ya que el público aquí es completamente ignorante y no sabe nada de la situación en Europa.
Es interesante notar que en esta campaña tan bien planificada que se realiza, sobre todo, contra el Nacional Socialismo, la Rusia soviética se excluye casi por completo. Si se menciona en absoluto, es sólo en una manera amistosa y las cosas se presentan de tal manera como si la Rusia soviética estaba trabajando con el bloque de los estados democráticos. Gracias a la hábil propaganda, la simpatía de la opinión pública estadounidense está completamente del lado de la España roja.
Además de esta propaganda, se está creando artificialmente una psicosis de guerra. Al pueblo estadounidense se le dice que la paz en Europa pende sólo de un hilo y que la guerra es inevitable. Al mismo tiempo, al pueblo estadounidense se le dice inequívocamente, que en caso de una guerra mundial, Estados Unidos también deberá tomar parte activa para defender las consignas de la libertad y la democracia en el mundo.
[El] Presidente Roosevelt fue el primero en expresar el odio contra el fascismo. Al hacerlo, estaba cumpliendo una doble finalidad: en primer lugar, quiso desviar la atención del pueblo estadounidense de los problemas políticos internos, especialmente el problema de la lucha entre el capital y el trabajo. En segundo lugar, mediante la creación de una psicosis de guerra y a través de la difusión de rumores sobre el peligro que acecha a Europa, quería llevar al pueblo norteamericano a aceptar un enorme programa de armamento que excede las necesidades de defensa de los Estados Unidos.
Con respecto al primer punto, hay que decir que la situación interna en el mercado de trabajo está cada vez peor. Los desempleados ya llegan a los doce millones. Los gastos federales y estatales están aumentando diariamente. Sólo las grandes sumas de dinero, que ya llegan a los billones, que la tesorería expende para proyectos de trabajo de emergencia, están manteniendo una cierta cantidad de la paz en el país.
Hasta ahora sólo ha habido las habituales huelgas y disturbios locales. Pero ¿cuánto tiempo este tipo de ayuda del gobierno puede mantenerse? no se puede predecir. La emoción y la indignación de la opinión pública, y el grave conflicto entre las empresas privadas y las enormes trusts, por un lado, y con el trabajo, por otro, han hecho de muchos enemigos a Roosevelt, lo que le causa muchas noches sin dormir.
En cuanto al punto dos, sólo puedo decir que el presidente Roosevelt, como actor político inteligente y un experto de la mentalidad estadounidense, rápidamente dirigió la atención pública de la situación interna para colocarla en la política exterior. La manera de lograr esto era simple. Uno necesitaba, por un lado, el conjurar una amenaza de una guerra en cierne sobre el mundo debido al canciller Hitler, y, por otro lado, el crear un espectro, balbuceando sobre un ataque de los Estados totalitarios contra los Estados Unidos.
El pacto de Múnich llegó al presidente Roosevelt como un regalo del cielo. Él [Roosevelt] lo retrató como una capitulación de Francia e Inglaterra a la belicoso y militarista Alemania. Como dicen aquí [en Estados Unidos]: Hitler obligó a Chamberlain a punta de pistola. Por lo tanto, Francia e Inglaterra no tenían otra opción y tuvieron que firmar una paz vergonzosa.
… Varios intelectuales judíos participaron: por ejemplo, Bernard Baruch; el Gobernador del Estado de Nueva York, Lehman; el juez recién nombrado de la Corte Suprema, Felix Frankfurter; El Secretario del Tesoro [Henry] Morgenthau; y otros que son amigos personales del presidente Roosevelt.
Ellos quieren que el Presidente [Roosevelt] se convierta en el campeón de los derechos humanos, la libertad de religión y de expresión, y el hombre que en el futuro castigue a los alborotadores. Estos grupos de personas [i.e. de judios] que ocupan las más altas posiciones en el gobierno estadounidense y que quieren hacerse pasar por representantes del “verdadero americanismo” y “defensores de la democracia” están, a ultimas instancias, unidos por lazos irrompibles con el judaísmo internacional.
Para el judaísmo internacional, que por encima de todo le preocupan los intereses de su raza, el retratar al Presidente de los Estados Unidos como el campeón “idealista” en materia de derechos humanos fue un movimiento muy inteligente.
De este modo han creado un peligroso caldo de cultivo para el odio y la hostilidad en este hemisferio y dividido el mundo en dos campos hostiles. Todo el asunto se resuelve de manera magistral. [A] Roosevelt se le ha dado la base para la activación de la política exterior de Estados Unidos, y al mismo tiempo ha estado obteniendo la adquisición de enormes reservas militares para la guerra que se viene, para la cual los Judios se están esforzando [en materializarla] muy conscientemente.
En cuanto a la política interna, es muy conveniente el desviar la atención pública del anti-semitismo, que está en constante crecimiento en los Estados Unidos, al hablar de la necesidad de defender la religión y la libertad individual contra la embestida del fascismo.”
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El 7 de marzo de 1939, el Embajador Potocki envió un informe extraordinariamente lúcido y perspicaz sobre la política exterior de Roosevelt a su gobierno en Varsovia. Este documento se hizo público por primera vez cuando los principales periódicos alemanes publicaron una traducción al alemán, junto con una reproducción facsímil de la primera página del original en polaco, en sus ediciones del 28 de octubre de 1940. El principal periódico del partido Nacional Socialista, el Voelkischer Beobachter, publicó informe del embajador… Este informe no fue uno de los documentos polacos que fue publicado en marzo de 1940 como parte del “Libro Blanco Alemán No. 3“. Sin embargo, fue publicado en 1943 como parte de la colección titulada “Roosevelt’s Way Into War.” Hasta donde yo puedo determinar, esta traducción Inglés es la primera que alguna vez ha aparecido. Extractos de informe secreto del Embajador Potocki del 07 de marzo 1939:
“La política exterior de los Estados Unidos en este momento se refiere no sólo al gobierno, sino a todo el público estadounidense también. Los elementos más importantes son las declaraciones públicas del presidente Roosevelt. En casi todos los discursos públicos [el presidente Roosevelt] se refiere más o menos explícitamente a la necesidad de activar la política exterior contra el caos de opiniones e ideologías en Europa.
Estas declaraciones son recogidas por la prensa y luego son hábilmente filtradas en la mente de los estadounidenses promedios, de tal manera como para reforzar sus ya formadas opiniones. El mismo tema se repite constantemente, es decir, el peligro de la guerra en Europa y el salvar a las democracias de la inundación por el fascismo enemigo. En todas estas declaraciones públicas normalmente sólo hay un único tema, es decir, el peligro del nazismo y la Alemania nazi a la paz mundial.
Como resultado de estos discursos, el público esta [siendo] llamado a apoyar el rearme y el gasto de enormes sumas de dinero para la marina y la fuerza aérea. La idea inequívoca de esto es que en caso de un conflicto armado, Estados Unidos no puede mantenerse al margen, sino que debe tomar parte activa en las maniobras. Como resultado de las intervenciones eficaces del presidente Roosevelt, que son apoyadas por la prensa, el público estadounidense está siendo hoy conscientemente manipulado a odiar todo lo que huela a totalitarismo y fascismo. Pero es interesante que la URSS no se incluya en todo esto. El público estadounidense considera a Rusia más en el campamento de los estados democráticos…”
Juliusz Lukasiewicz, Embajador de Polonia a Francia, informó a Varsovia el 29 de marzo 1939 sobre nuevas conversaciones con el enviado de EE.UU. [William] Bullitt en París. Lukasiewicz habló sobre los esfuerzos de Roosevelt para conseguir que tanto Polonia como Gran Bretaña adoptaran una política totalmente intransigente respecto a Alemania, incluso en la cara de un fuerte sentimiento por la paz. El informe concluye con estas palabras:
“… Considero que es mi deber informarle de todo lo anterior porque creo que la colaboración con el Embajador [William] Bullitt en tiempos tan difíciles y complicados como estos, puede ser útil para nosotros. En cualquier caso, es absolutamente cierto que él [William Bullitt] está totalmente de acuerdo con nuestro punto de vista y se prepara para la más amplia colaboración amistosa posible.
Con el fin de fortalecer los esfuerzos del Embajador americano en Londres [Joseph Kennedy], llamó a la atención del Embajador [William] Bullitt al hecho de que no es imposible que los británicos pueden tomar los esfuerzos de Estados Unidos con un desprecio bien oculto. Él contestó que probablemente tengo razón, pero que sin embargo los Estados Unidos tienen a su disposición los medios para realmente presionar a Inglaterra. Él estaría considerando seriamente la movilización de estos medios.”
EL CAMINO A LA GUERRA
Si bien los documentos polacos solos son una prueba concluyente de la traicionera campaña de Roosevelt para provocar la [segunda] guerra mundial, es una suerte para la posteridad que exista un importante cuerpo de evidencia complementaria irrefutable que confirma la conspiración registrada en los despachos a Varsovia.
La política secreta se confirmó después de la guerra con la publicación de un informe diplomático confidencial por el embajador británico en Washington, Sir Ronald Lindsay. Durante sus tres años de servicio en Washington, el veterano diplomático había desarrollado poco respeto por los líderes de Estados Unidos…
El 19 de septiembre 1938 (es decir, un año antes del estallido de la guerra en Europa) Roosevelt llamó a Lindsay a una reunión muy secreta en la Casa Blanca. Al principio de su larga conversación, según el despacho confidencial de Lindsay a Londres, Roosevelt “enfatizó la necesidad de un secreto absoluto. Nadie debe saber que lo había visto y él mismo no le diría a nadie de la entrevista…” Los dos discutieron algunos asuntos secundarios antes de que Roosevelt llegara al punto principal de la conferencia. “Esta es la parte más secreta de su comunicación y que no debe ser conocida a nadie que él incluso ha insuflado una sugerencia.” El Presidente [Roosevelt] le dijo al embajador que si la noticia de la conversación se hiciera pública, podría significar su destitución. Y no es de extrañar. Lo que Roosevelt propuso era un esquema cínico y descarado para violar la Constitución de los EE.UU. y engañar al pueblo estadounidense.
El punto importante era “llamarlo medidas defensivas, o algo plausible, y evitar una declaración de guerra real.” De esa manera, Roosevelt creía que podía persuadir al pueblo estadounidense a apoyar la guerra contra Alemania, incluyendo envíos de armas a Gran Bretaña y Francia, e insistir en que los Estados Unidos todavía eran técnicamente neutrales en un conflicto no declarado. “Este método de conducir la guerra por un bloqueo sería, en su opinión [de Roosevelt], aprobada por los Estados Unidos si su propósito humanitario fuese fuertemente enfatizado“, reportó [Sir Ronald] Lindsay. [19]
El embajador estadounidense en Italia, William Phillips, admitió en sus memorias de la posguerra que la administración de Roosevelt ya se había comprometido a ir a la guerra del lado de Gran Bretaña y Francia a finales de 1938.
“En esta y muchas otras ocasiones”, escribió Phillips, “Me hubiera gustado decirle [al conde Ciano, ministro de Asuntos Exteriores italiano] con franqueza que en caso de una guerra europea, los Estados Unidos, sin duda, estaría involucrado del lado de los aliados. Pero en vista de mi posición oficial, no podría realizar correctamente tal declaración sin recibir instrucciones de Washington, y éstas nunca las recibí.”[20]
El 14 de marzo de 1939, Eslovaquia se declaró una república independiente, disolviendo con ello el estado conocido como Checoslovaquia. Ese mismo día, el presidente checoslovaco Emil Hacha firmó un acuerdo formal con Hitler, establecimiento un protectorado alemán sobre Bohemia y Moravia, la parte checa de la federación. El gobierno británico aceptó inicialmente la nueva situación, pero luego Roosevelt intervino.
El 14 de abril de 1939, el periodista de Washington, usualmente muy bien informado, Drew Pearson y Robert S. Allen, informaron que el 16 de marzo de 1939 Roosevelt había “enviado un ultimátum a [Neville] Chamberlain“, exigiendo que, de ahora en adelante el gobierno británico se opusiera firmemente a Alemania. De acuerdo con Pearson y Allen, que apoyaron totalmente el movimiento de Roosevelt, “el presidente advirtió que Gran Bretaña no podía esperar más apoyo, moral o material a través de la venta de los aviones, si la política de Múnich continua.” [22] [Nevile] Chamberlain cedió y al día siguiente, el 17 de marzo, terminó la política británica de cooperación con Alemania en un discurso en Birmingham, denunciando amargamente a Hitler. Dos semanas más tarde, el gobierno británico se comprometió formalmente a la guerra en caso de hostilidades germano-polacas.
El 25 de abril de 1939, cuatro meses antes del estallido de la guerra, Bullitt llama al columnista de un periódico estadounidense, Karl von Wiegand, principal corresponsal europeo del International News Service, a la embajada de EE.UU. en París y le dijo:
“La guerra en Europa se ha decidido. Polonia cuenta con la garantía del apoyo de Gran Bretaña y Francia, y no cederá a ninguna demanda de Alemania. América estara en la guerra poco después que Gran Bretaña y Francia entren en ella.” [25]
Muchos años después de la guerra, Georges Bonnet, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia en 1939, confirmó el papel de Bullitt como diputado de Roosevelt en el impulso de su país a la guerra. En una carta a Hamilton Fish, de fecha 26 de marzo de 1971, [Georges] Bonnet escribió:
“Una cosa es segura, y es que Bullitt en 1939 hizo todo lo que pudo para hacer que Francia entrara en la guerra” [28] Una confirmación importante del papel crucial de Roosevelt y los Judios en impulsar a Gran Bretaña en una guerra, viene del diario de James V. Forrestal, el primer Secretario de Defensa de EE.UU.. En su entrada para el 27 de diciembre de 1945, escribió:
“[He] Jugado golf hoy con [el ex embajador] Joe Kennedy. Le pregunté acerca de sus conversaciones con Roosevelt y [el primer ministro británico] Neville Chamberlain de 1938 en adelante. Él dijo que la posición de Chamberlain en 1938 fue que Inglaterra no tenía nada por que luchar y que no podía correr el riesgo de ir a la guerra con Hitler. En la vista de Kennedy:
Que Hitler habría luchado con Rusia sin cualquier conflicto posterior con Inglaterra si no hubiera sido por la insistencia [William] Bullitt sobre Roosevelt en el verano de 1939, de que los alemanes deben ser enfrentados por Polonia; ni los franceses ni los británicos habrían hecho de Polonia una causa de la guerra, si no hubiera sido por la constante presión desde Washington… [Nevile] Chamberlain, dice, afirmó que Estados Unidos y el judaísmo internacional habían forzado a Inglaterra a la guerra. En sus conversaciones telefónicas con Roosevelt en el verano de 1939, el Presidente seguía diciéndole que presionara con barra de hierro a Chamberlain.” [29]
LOS DIARIOS DE FORRESTAL
Cuando el embajador Potocki estaba de vuelta en Varsovia… habló con el Conde Jan Szembek, el Ministro de Relaciones Exteriores polaco, acerca del creciente peligro de guerra. En su diario, en la entrada del 6 de julio de 1939, [Jan] Szembek registró el asombro de Potocki sobre el calmado estado de ánimo en Polonia. En comparación con la psicosis de guerra que se había apoderado del Oeste:
“En Occidente,” le dijo el embajador [Potocki] a Szembek, “hay todo tipo de elementos que abiertamente empujan para la guerra: Los judíos, los súper-capitalistas, los traficantes de armas. Hoy están todos listos para un gran negocio, porque han encontrado un lugar en el que se puede iniciar el fuego: Danzig, y una nación que está dispuesto a luchar: Polonia… Son indiferentes a la destrucción de nuestro país. En efecto, ya que todo tendrá que ser reconstruido después. Y también de eso pueden sacar provecho.” [30]
Podemos ver que Hitler decia la verdad
El 24 de agosto de 1939, justo una semana antes del comienzo de las hostilidades, el consejero más cercano de Chamberlain, Sir Horace Wilson, fue al embajador Kennedy con un llamamiento urgente del primer ministro británico, para el presidente Roosevelt. Lamentando que el Reino Unido en marzo, se había inequívocamente obligado a sí misma a Polonia en caso de guerra, Chamberlain ahora desesperado acude a Roosevelt como una última esperanza de paz. Quería que el presidente de los Estados Unidos “presionara a los polacos” para cambiar el rumbo en estas últimas horas, y que abriera las negociaciones con Alemania. Por teléfono Kennedy le dijo al Departamento de Estado que los británicos “sentían que no podían, debido a sus obligaciones, hacer cualquier cosa de este tipo…”
[Incluso al haber sido] Presentado con esta extraordinaria oportunidad de posiblemente preservar la paz de Europa, Roosevelt rechazó drasticamente la desesperada petición de [Neville] Chamberlai. En ese momento, Kennedy informó, el Primer Ministro ha perdido toda esperanza. “La inutilidad del todo“, Chamberlain le había dicho a Kennedy, “es lo que es espantoso. Después de todo, no podemos salvar a los polacos. Sólo podemos llevar a cabo una guerra de venganza que significará la destrucción de toda Europa.” (*)
(*) “El Nacionalsocialismo ha abordado el problema judío por la acción y no por palabras. Se ha levantado en contra de la determinación de los judios de dominar el mundo; les ha atacado por todas partes y en todas las esferas de la actividad; les ha arrojado fuera de las posiciones que han usurpado; los ha combatido en todas las direcciones, determinado a purgar el mundo alemán del veneno judío… Con el éxito de la operación en Alemania, había una buena posibilidad de extenderla más allá… Rápido para darse cuenta del peligro, los Judios decidieron jugarse el todo con la lucha a vida o muerte, que pusieron en marcha en contra de nosotros. El Nacionalsocialismo tenía que ser destruido, a cualquier precio, e incluso si el mundo entero era destruido en el proceso… – Adolf Hitler, 13 de febrero de 1945
[A] Roosevelt le gusta presentarse a sí mismo ante el pueblo estadounidense y al mundo como un hombre de paz. En gran medida, esta es todavía su imagen actualmente. Pero Roosevelt rechazó cínicamente genuinas oportunidades de actuar por la paz cuando le fueron presentadas.
“El mensaje inflamatoria y provocativo del Presidente [Roosevelt] al Congreso y al mundo [dado dos días antes] ha alarmado innecesariamente al pueblo estadounidense y creó, junto con un aluvión de propaganda que emana de los altos funcionarios… una histeria de guerra, peligrosa para la paz de América y el mundo. La única conclusión lógica a tales discursos es otra guerra librada en el extranjero por parte de soldados estadounidenses.
Todas las naciones totalitarias mencionados por el presidente Roosevelt… no tienen la más remota idea de hacernos la guerra o invadir América Latina… Ha llegado el momento de poner fin a los belicistas… respaldados por los especuladores de la guerra, los comunistas y los histéricos internacionalistas, que quieren que pongamos en cuarentena al mundo con sangre y dinero americano.
Él [Roosevelt], evidentemente, desea crear una histeria de odio y psicosis de guerra como una cortina de humo para alejar la mente de nuestro pueblo de sus propios problemas internos no resueltos. [Roosevelt] visualiza duendes y crea en la mente del público un temor de invasiones extranjeras que sólo existen en su imaginación.”
– Hamilton Fish, congresista republicano de Nueva York, el 6 de enero de 1939..
Los Poderes detrás del presidente [Roosevelt]
El Presidente Roosevelt podría haber hecho poco para incitar a la guerra en Europa sin la ayuda de poderosos aliados. Detrás de [Roosevelt] estaban los egoístas intereses financieros y los intereses judios empeñados en la destrucción de Alemania. La organización principal que tamborileaba por el apoyo público a la participación de EE.UU. en la guerra europea, antes del ataque a Pearl Harbor fue el hábilmente llamado “Committee to Defend America by Aiding the Allies” (Comité de Defensa de los Estados Unidos al ayudar a los aliados)…
El Comité… organizado por poderosos intereses financieros que se situaron para beneficiarse enormemente de los préstamos a… [Gran] Bretaña y de astutas inversiones en gigantes industrias de guerra en los Estados Unidos. A finales de 1940, el senador de Virginia, Rush D. Holt, emitió un detallado examen del Comité, que expone los intereses… detrás de las consignas idealistas:
“El Comité tiene poderosas conexiones con los bancos, compañías de seguros, empresas de inversión, financieras e industriales… Estos a su vez influyen en presidentes de colegios y profesores, así como en los periódicos, la radio y otros medios de comunicación. Una de las influencias poderosas utilizadas por el grupo es… el conjunto social. La historia es una sórdida imagen de la traición del interés público. Los poderosos intereses de JP Morgan con sus participaciones en el Imperio británico ayudaron a planear la organización y donaron su primer dinero de gastos.”
Algunas de las figuras importantes en el Comité fueron reveladas por [el Senador Rush D.] Holt:
Frederic R. Coudert, un propagandista de guerra pagado por el gobierno británico en los EE.UU. durante la Primera Guerra Mundial; Henry R. Luce, editor influyente de [las revistas] Time, Life y Fortune; Fiorella LaGuardia, el alcalde medio-judío de New York City; Herbert Lehman, el gobernador judío de Nueva York, con importantes participaciones financieras en las industrias de guerra; y Frank Altschul, un oficial de la empresa de inversión judía de Lazard Freres, con extensas participaciones en empresas de suministro de municiones y militares.
… Otros nombres importantes del mundo financiero de Nueva York fueron el Sr. y la Sra. Paul Mellon, Félix M. y F. James Warburg (judío), y J. Malcolm Forbes… Por supuesto, los nombres judíos formaban una porción sustancial de la larga lista. El zar cinematográfico Hollywoodense, Samuel Goldwyn (judío), junto con David Dubinsky (judío), Mrs. Herbert H. Lehman (judío), esposa del gobernador de Nueva York, también estaba en la lista. [38]
Como señaló el historiador judío Lucy Dawidowicz:
“[El] Propio Roosevelt trajo a su círculo inmediato [a] más Judios que cualquier otro presidente antes o después de él. Felix Frankfurter, Bernard M. Baruch y Henry Morgenthau [los 3 de ellos judios] eran sus asesores cercanos. Benjamin V. Cohen, Samuel Rosenman y David. K. Niles [también judios los 3] eran sus amigos y colaboradores de confianza.” [39]
Esto quizás, no es tan notable a la luz de la ascendencia judía [un octavo] de Roosevelt. [40]
Puede leer el articulo completo en el siguiente enlace:
En su diario, en la entrada del 1 de mayo de 1941, Charles A. Lindbergh, el héroe de la aviación estadounidense y líder de la paz, demostró la falsedad de la coalición que estaba empujando a Estados Unidos en la guerra:
“La presión para la guerra es alta y [va] en aumento. El pueblo se opone a la misma, pero la Administración parece tener ‘la mordida en sus dientes’ y [esta] empeñada en su camino a la guerra. La mayor parte de los intereses judíos en el país están detrás de la guerra, y ellos controlan una gran parte de nuestra prensa, radio y la mayoría de nuestras películas. También existen los “intelectuales” y los “Anglófilos ‘, y los agentes británicos que se les permite rienda suelta, los intereses financieros internacionales, y muchos otros.” [41]
Joseph Kennedy compartía las aprensiones de Lindbergh sobre el poder judío. Antes del estallido de la guerra que él [Joseph Kennedy] expresó en privado preocupaciones sobre “los Judios que dominan nuestra prensa” y el judaísmo internacional en general, que él consideraba una amenaza para la paz y la prosperidad. Poco después del comienzo de las hostilidades, [Joseph] Kennedy lamentó “la creciente influencia judía en la prensa y en Washington exigiendo la continuación de la guerra“. [42]
[Las negritas fueron agregadas]
Puede leerlo completo en el siguiente enlace:
INSTITUTE FOR HISTORICAL REVIEW
President Roosevelt's Campaign To Incite War in Europe:
The Secret Polish Documents
Mark Weber
Nuevamente podemos ver que Hitler decia la verdad
Seis años antes de que la guerra siquiera empezara, el judaísmo internacional ya había declarado la guerra contra Alemania. El “Corredor Polaco” seria usado como el fósforo que encendería la llama…
Ver video:
FINALES DE AGOSTO – SEPTIEMBRE 1939
En un intento de última hora para evitar la guerra, Hitler convoca conversaciones de emergencia entre Alemania y Polonia.
Sólo tres días antes del estallido en sí, de lo que se convertiría en la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña se compromete a venir en la ayuda de Polonia, en el caso de un conflicto con Alemania. (Alianza militar anglo-polaca)
Este innecesario acuerdo anima a las milicias polaco-judías que quieren que occidente entre en guerra contra Alemania. Para forzar la mano de Hitler, terroristas empiezan asesinar a civiles alemanes en grandes cantidades. Un británico exiliado llamado William Joyce describe los acontecimientos:
“En las noches del 25 de agosto al 31 de agosto, se produjo, además de innumerables ataques contra civiles de sangre alemana, 44 actos perfectamente autenticados de violencia armada contra personas… alemanas y contra sus bienes. Estos incidentes tuvieron lugar, ya sea en la frontera o dentro del territorio alemán. En la noche del 31 de agosto, una banda de forajidos polacos ocupó la emisora alemana de Gliwice (Gleiwitz en Alemán). Ahora estaba claro que a menos que las tropas alemanas entraran de una vez, ningún hombre, mujer o niño de sangre alemana en el territorio polaco podría razonablemente esperar evitar la persecución y la masacre. “
Y, sin embargo, justo antes de ordenar la invasión de Polonia (el 1 de septiembre 1939), Hitler todavía está tratando de resolver la situación pacíficamente con la convocatoria del Ministro de Relaciones Exteriores de Polonia para unas conversaciones. Hitler ignoraba que ya todo estaba decidido. Después de la Guerra de 3 semanas entre Alemania y Polonia, con la victoria de los alemanes, Hitler declara:
“He tratado de encontrar una solución aceptable. Presenté este intento a los gobernantes polacos. Ya conocen estas propuestas, eran más que moderadas. No sé en qué condición mental se encontraba el Gobierno polaco cuando se negó a estas propuestas. Como respuesta, Polonia dio la orden para la primera movilización, y mi petición al ministro de Relaciones Exteriores de Polonia a visitarme para hablar de estas cuestiones fue rechazada. En vez de ir a Berlín, se trasladó a Londres.“
Cuerpos de alemanes asesinados cerca de Bromberg.
OCTUBRE 1939
En discurso ante el Reichstag, Hitler implora a Gran Bretaña y Francia a rescindir las recientes declaraciones de guerra.
Antes de que el combate real tomara lugar en el escenario occidental, Hitler hizo todo lo posible para re-asegurar a Gran Bretaña y Francia de sus intenciones pacíficas… Las dos potencias aliadas habían, bajo el pretexto de salvar a Polonia, declarado la guerra a Alemania el 03 de septiembre 1939. Ante el Reichstag, y el mundo, Hitler declara:
“Siempre he expresado a Francia mi deseo de enterrar para siempre nuestra antigua enemistad y reunir a estas dos naciones, los cuales ambos tienen un glorioso pasado… He dedicado no menos esfuerzo para el logro de la comprensión anglo-alemán, no, más que eso, de una amistad anglo-alemana. En ningún momento y en ningún lugar he actuado en contra de los intereses británicos… ¿Por qué se debe luchar esta guerra en el oeste?“
Gran Bretaña (y más tarde, Francia) declaran la guerra.
¡Mientras tanto, Hitler declara la paz!
MAYO DE 1940
Hitler deliberadamente permite que el ejército británico escape en Dunkerque.
La “guerra relámpago” (Blitzkrieg) de Alemania a través de Holanda y Bélgica, así como la ocupación más temprana de partes de Dinamarca y Noruega, habían negado a los aliados de la oportunidad de rodear a Alemania antes de invadirla. Como muestra de buena fe, y a pesar de las negativas de sus propios generales, Hitler permite que las fuerzas aliadas atrapadas escapen ilesas de las playas de Dunkerque (Francia). Hitler confía en que este acto de gracia hará que a los británicos más dispuestos a hacer la paz. El General de Gunther von Blumentritt, al describir las razones detrás de la decisión de Hitler con respecto a Dunkerque, explica:
“Él [Hitler], entonces nos sorprendió hablando con admiración del Imperio Británico, de la necesidad de su existencia, y de la civilización que Gran Bretaña había traído al mundo… Comparó el Imperio Británico con la Iglesia Católica diciendo ambos eran elementos esenciales de la estabilidad en el mundo. Dijo que lo único que quería de Gran Bretaña era que reconociera la posición de Alemania en el continente. El retorno de las colonias de Alemania sería deseable, pero no esencial, y él incluso ofrecería apoyar a [Gran] Bretaña con tropas si esta se viera en dificultades en cualquier lugar.”
El ejército aliado podría fácilmente haber sido capturado. El General Blumentritt revela la admiración de Hitler por los británicos y su deseo de poner fin a la guerra.
MAYO 1940
Luego de haber derrotado a Francia y de sacar a los invasores británicos fuera del continente, Hitler, a través de un tercero sueco, propone condiciones de paz generosas a Bretaña. Los alemanes contactan con el embajador británico en Suecia, Victor Mallet, a través del Juez sueco del Tribunal Supremo Ekeberg, que es conocido por el asesor legal de Hitler, Ludwig Weissauer. Según Mallet:
“Hitler, de acuerdo a su emisario [Ludwig Weissauer], desea sinceramente la amistad con Inglaterra. Él [Hitler] desea que la paz sea restaurada, pero el suelo debe estar preparado para ello: Sólo después de una cuidadosa preparación pueden comenzar las negociaciones oficiales…
Las ideas básicas de Hitler [es que] los problemas económicos de hoy en día son diferentes a los del pasado [...] Con el fin de lograr el progreso económico se debe calcular sobre la base de los territorios grandes y considerarlos una unidad económica. Napoleón [lo] intentó, pero en su época no fue posible debido a que Francia no estaba en el centro de Europa y las comunicaciones eran demasiado difíciles. Ahora Alemania está en el centro de Europa y cuenta con los medios necesarios para proporcionar servicios de comunicación y transporte.
Inglaterra y Estados Unidos tienen ahora las mejores flotas y, naturalmente, continuará siendo así, porque necesitarán los océanos para su abastecimiento. Alemania tiene el continente. En lo que concierne a Rusia (URSS), [Ludwig] Weissauer ha dado la impresión de que debe ser visto como un enemigo potencial.”
La propuesta de paz de Hitler:
1 - El Imperio Británico conserva todas sus colonias.
2 - La posición de Alemania en el continente no será cuestionada.
3 - Todas las cuestiones relativas al Mediterráneo y sus colonias francesas, belgas y holandeses están abiertas a la discusión.
4 - Polonia. Debe existir un estado polaco.
5 - Los antiguos estados de Checoslovaquia siguen siendo independientes, pero bajo la protección alemana.
Ekeberg entiende que esto implica que los estados ocupados por Alemania habrían de ser desocupados. La ocupación de Alemania fue sólo debido a la actual situación de guerra. Pero Churchill no está interesado en hacer la paz.
– De “Himmler’s Secret War” por Martin Allen.
MAYO 1940
Churchill rechaza la oferta de Mussolini de mediar la paz entre Alemania y Gran Bretaña. El 25 de mayo de 1940, Giuseppe Bastianini, el embajador de Italia en Londres, solicita una reunión con el secretario de Relaciones Exteriores británico, Lord Halifax, para discutir la neutralidad de Italia. Halifax se reúne con Bastianini esa misma tarde. La discusión pronto se traslada a la de la mediación italiana entre los Aliados y Alemania. Bastiani revela que el objetivo del líder italiano, Benito Mussolini (estrecho aliado de Hitler), es negociar un acuerdo “que no sería un armisticio, sino que protegería a la paz europea para el siglo.” Halifax responde favorablemente a la idea y la lleva al Gabinete de Guerra británico. A la mañana siguiente Halifax da su informe, diciéndole al Consejo de Ministros que, en su opinión, que “tienen que enfrentar el hecho de que ya no es sobre imponer una derrota completa a Alemania, sino de salvaguardar la independencia de nuestro propio Imperio.” Halifax resume su reunión con Bastianini e instó a sus colegas a considerar la mediación italiana. Una vez más, Churchill no quiso saber nada de ella.
En lugar de aceptar las ofertas de paz, la pandilla de Churchill decidió aterrorizar al público británico con cuentos de inminentes ataques con gas venenoso por parte Hitler.
Durante varios días, Halifax sigue presionando para la mediación de Mussolini. En un aparente intento de aplacar a Halifax, Churchill finalmente dice que:
“Dudo que algo se dé con el enfoque de Italia, pero el asunto es algo que el Gabinete de Guerra tendría que tener en cuenta.”
Pero Churchill estaba mintiendo a Halifax. Churchill jamás siquiera consideró la oferta de Mussolini para mediar la paz entre Gran Bretaña y Alemania. El asunto eventualmente muere. El conflicto entre Churchill y Halifax se llegó a conocer como “La Guerra del Gabinete de Crisis.”
May 1940 War Cabinet Crisis
Halifax (derecha) trató muy duro de convencer al Mason, alcohólico y belicista, Winston Churchill (izquierda) de por lo menos escuchar la propuesta de mediación de Mussolini.
NOVIEMBRE 1940
El “Nuncio Papal” (embajador) del Vaticano presenta la propuesta de paz de Hitler a los funcionarios británicos. Este extracto de “Himmler’s Secret War” describe una reunión que tuvo lugar en España entre el Nuncio Apostólico y los funcionarios británicos Hoare y Hilgarth en España; y la última oferta de paz (hasta el momento) de Hitler:
“La naturaleza de las concesiones que el Führer alemán estaba dispuesto a hacer para obtener la paz con Gran Bretaña debe tener asombrado a los hombres a la cabeza de SO1. Este ni siquiera fue un acuerdo elaborado a través de un difícil proceso de negociación. Fue una política de apertura de Hitler… una oferta tan generosa y pragmática que sería muy tentador para cualquier persona que realmente quisiera la paz.
Su oferta [de Hitler] con tales concesiones tan notables era un desarrollo muy amenazante. Si los términos se hiciesen públicos, tenía el potencial de llevar a la determinación británica de mantenerse firme contra la agresión alemana, a un alto ipso facto.”
MAYO 1941
Rudolf Hess
Rudolf Hess
Restos del avión con el que Rudolf Hess voló a Gran Bretaña.
Restos del avión de Hess en el Imperial War Museum de Londres.
La increíble misión de Paz de Rudolf Hess.
Rudolf Hess es la mano derecha de Hitler, y amigo de mucho tiempo. En mayo de 1941, en un momento en que Alemania está ganando la guerra, Hess (que es fluido en el inglés) vuela en una misión en solitario sobre Escocia y se lanza en paracaídas, con una oferta de paz.
Hess intenta vincularse con lo que él cree son activistas británicos por la paz. En cambio, en lugar de eso, Hess cae en las manos de Churchill; por lo que es sometido a aislamiento solitario durante la duración de la guerra.
Después de la guerra, Hess es condenado a cadena perpetua en la prisión de Spandau en Berlín Oriental. Con la liberalización de la URSS en la década de 1980, se habla de finalmente dejarlo en libertad. Pero se dice que Hess cometió “suicidio” en su celda en 1987. Muchos creen que Hess fue asesinado a la edad de 93 años, con el fin de ocultar para siempre los detalles de su misión de paz.
1940, 1941, 1942, 1943
Hitler mantiene una generosa oferta de paz de pie sobre la mesa. Churchill, por su propia admisión, se niega a aceptar.
En todo momento, la oferta Hitler-Hess de la suspensión total de la guerra en el Oeste sigue sobre la mesa. Alemania ofrece a evacuar toda Francia salvo Alsacia y Lorena, que permanecerían alemanas. También evacuarían Holanda, Bélgica, Noruega y Dinamarca.
En pocas palabras, Hitler quiere retirarse de Europa Occidental, a excepción de las dos provincias francesas y Luxemburgo (Luxemburgo nunca fue una provincia francesa, sino un estado independiente de origen étnico alemán), a cambio de que Gran Bretaña estuviera de acuerdo a adoptar una actitud de benévola neutralidad con respecto a Alemania.
Además, Hitler está dispuesto a retirarse de Yugoslavia y Grecia. Las tropas alemanas evacuarían desde el Mediterráneo y Hitler utilizarían su influencia para llegar a una solución del conflicto del Mediterráneo, entre Gran Bretaña e Italia. Ningún país tendría el derecho a exigir reparaciones de cualquier otro.
Mientras Churchill deja Londres para reunirse con Roosevelt en una conferencia en Quebec a finales del verano de 1943, un periodista le pregunta si tenían previsto ofrecer las condiciones de paz con Alemania. Churchill respondió:
“Cielos, no. Ellos [los alemanes] aceptarían de inmediato.”
Una vez más, en una carta de 1944 a su aliado bolchevique, Joseph Stalin, Churchill le reasegura a Stalin que Gran Bretaña permanecerá en guerra con Alemania. Al hacer esto, Churchill confirma la innegable realidad de las generosas propuestas de paz de Hitler:
“Nosotros [Stalin, Roosevelt y el mismo] nunca pensamos en la paz, ni siquiera en ese año cuando estábamos completamente aislados y podíamos haber hecho las paces sin grave perjuicio para el imperio Británico, y extensamente a su costo. ¿Por qué deberíamos pensar en ello ahora, cuando la victoria se acerca para los tres de nosotros? “
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