viernes, 25 de abril de 2014

-ENTENDIENDO EL NACIONAL SOCIALISMO -SU FUNDACIÓN, LO QUE REALMENTE DEFENDIA, A QUE SE OPONÍA, Y POR QUÉ.





             El Nacional Socialismo era una “Weltanschauung” o “visión del mundo”, que trató de combinar y preservar la solidaridad racial – étnico – cultural – espiritual y lingüística entre el pueblo alemán como una nación unificada, la “Volk”, que está íntimamente ligada a su propia tierra. Por lo tanto “Nacional”. Pero  “Socialista”, como veremos, no debe nunca confundirse con la doctrina marxista, sino más bien, se refirió a la verdadera, el antiguo y original socialismo alemán.

Por otra parte, el Nacional Socialismo era cristiano en naturaleza y esencia, basada en los principios del Cristianismo Positivo con un enfoque en la familia y sobre la moral de la comunidad, los valores, la ética y las normas, no solo filosóficamente, sino a través de un verdadero amor fraternal demostrado en acción y hechos, y tampoco en el espíritu del “igualitarismo” liberal  y el “internacionalismo” o universalismo comunista.

Se trataba de recrear una Alemania para los alemanes, que pusiera las necesidades de los alemanes por encima de todo, con los alemanes en control, y con todos comprometidos con esto, para sus propios intereses, y su beneficio colectivo.

Por lo tanto, las palabras del himno alemán “Deutschland Ueber Alles“, nunca se trataron acerca de un “expansionismo” hacia territorio extranjero, o una política exterior agresiva, y mucho menos de algún deseo de “dominar el mundo”, sino de la devoción patriótica a su tierra y su pueblo “Das Volk“, con el deseo, de ser posible, de re-unificar a las tribus alemanas en un nuevo imperio alemán. Pero NO, sin embargo, al alto precio de la guerra que Hitler conocía demasiado bien.

El Nacional Socialismo fue una revolución que se manifestó a raíz de la Primera Guerra Mundial y en respuesta a los dictados opresivos del Tratado de Versalles, que habían sido impuestos por las fuerzas aliados, resultando en la pérdida de territorio y población, y no mucho tiempo después, en una afluencia de refugiados alemanes oprimidos y aterrorizados de los antiguos territorios alemanes.

También fue una respuesta a la posterior llegada de la República de Weimar de inspiración democrática-liberal-marxista-socialista, y todos los males políticos, económicos, sociales y culturales que acontecieron a Alemania a partir de entonces. La interferencia internacional también llevó a profundas divisiones políticas internas, el caos social y el desorden, la decadencia cultural, el empobrecimiento de las masas en beneficio de la minoría, así como, un estado general de impotencia en el país, en términos de ser capaz de influir en el cambio y la estabilidad.

Pero también a un estado de impotencia a nivel internacional, con la pérdida de la soberanía y la total incapacidad de hacer valer y proteger su soberanía en un entorno europeo hostil. El anti-germanismo global que había comenzado en el siglo 19 y que fue exacerbado por la propaganda de guerra aun abunda en el mundo.

Esta revolución comenzó como un partido político, un verdadero movimiento de base, inicialmente con un muy pequeño número de miembros de 7 hombres, pero creció rápidamente con el paso de 13 años en un ambiente muy hostil, lleno de violencia política, la influencia de los intereses extranjeros, y dominado por bolcheviques, amenazando con convertir a Alemania en un estado de estilo soviético.

El caos interno y las luchas de clases dejaron al pueblo alemán en una situación desesperada, situación que sólo beneficiaba a los intereses internacionales, que sacaban provecho de su miseria e impotencia, al eliminar la competencia, y además, dejando a Alemania lista para la conquista bolchevique.

El alemán promedio, sin embargo, en su mayor parte, estaba muy consciente de la realidad del genocidio que tuvo lugar en la Unión Soviética, y el estado policial tiránico resultante, y no querían que lo mismo pasara en Alemania. Los sindicatos y otras organizaciones llevaban mucho tiempo instituidas y estaban bajo la influencia y el control de los bolcheviques, y NO al servicio de los intereses de los trabajadores o de la nación en su conjunto.

Tras más de una década de lucha política con un crecimiento sostenido y un aumento en su popularidad, combinado con la desconfianza y el descontento con las alternativas, las cuales no habían logrado cambiar nada, el Nacional Socialismo fue finalmente electo a partir de 1933 a 1945, como un sistema nacional soberano en el contexto de un nuevo (Tercer) Imperio Alemán.

Después de las elecciones nacionales democráticas en noviembre de 1932, el NSDAP finalmente alcanzó una mayoría, y por lo tanto, en 1933, el líder del Partido (El Führer) Adolf Hitler fue legal y debidamente nombrado Canciller con un mandato del pueblo, en base a un plan integral bien publicitado para rectificar los problemas políticos, económicos y sociales, con la promesa de “Pan y Trabajo“, en busca de una solución y revisión justa del Tratado de Versalles, mantenimiento unas relaciones pacíficas con los vecinos de la Alemania.



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         Adolf Hitler instituyó el Nacional Socialismo como la doctrina política de la comunidad nacional, que es el “Volksgemeinschaft”, y NO por el bien de poder, metas o ambiciones personales, sino para representar y hacer la voluntad del pueblo alemán. Esto significaba una verdadera democracia (Nada que ver con las “democracias liberales” de hoy) y, esencialmente, se puede entender como “El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo” en el vernáculo americano.

Las necesidades del alemán promedio fueron puestas primero, asegurando su supervivencia como nación: Un pueblo único y soberano con derecho a la libre determinación, capaz de sostener y preservarse a sí mismo y prosperar, libre de la dominación extranjera, injustos dictados internacionales, y amenazas a su existencia, tanto del extranjero como domésticamente. Hitler era el líder del Partido y el Líder Nacional, por lo tanto: Der Führer. Pero él no se puso a sí mismo por encima del pueblo, como un dictador, como los historiadores oficiales y aquellos que tienen agendas ocultas afirman. Él realmente representaba al pueblo y sus intereses, y lo más importante, Hitler no hizo promesas que no podía cumplir, y no era un “político” hipócrita.



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Adolf Hitler tenía un plan concreto de acción que fue bien publicitado y llevado a cabo. Él fue efectivo, y los frutos de su trabajo, y los del NSDAP en la organización de las masas para ayudarse a sí mismos se vieron prontamente, lo que resulto en una popularidad cada vez mayor, en proporción a la mayor prosperidad y calidad de vida de los alemanes.

Por lo tanto, era amado por las masas, como se evidencia en las imágenes de vídeo de tantas de sus reuniones públicas, pero por supuesto, NO era amado por aquellos con otras agendas e intereses egoístas. No había ninguna necesidad de otros partidos con puntos de vista alternativos, doctrinas, filosofías, principios, etcétera. Los alemanes estaban felices y bien servidos. El pueblo alemán estaba una vez más en control de su propio destino, tanto a nivel individual y como nación. ¿Qué podría ser más democrático que eso? ¿Y por qué los que se llamas a sí mismos “demócratas” tienen alguna objeción?


(Nota: La palabra alemana para el Nacional Socialismo es “Nationalsozialismus” y fue abrevia como NS y no “nazi”. Este término y el movimiento actual subsecuente conocido como “neo-nazismo” es una versión corrompida y deformada del Nacional Socialismo, inventada y promovida por el judaísmo internacional para demonizar a Hitler y su gobierno.


PRINCIPIOS BASICOS:

Las ideas básicas del Nacional Socialismo eran el orgullo a la historia, la cultura, la herencia y el patrimonio común, una formación sana de las personalidades individuales, mientras se alimentaba un espíritu de altruismo nacional, en lugar de las atomizadas ideas liberales y libertarios del “individualismo” 

COMPARACIÓN Y CONTRASTE:

El Nacional Socialismo estaba marcado por un contraste con el socialismo marxista (o bolchevismo) que se basa en la lucha de clases y la destrucción del individualismo y clases sociales, haciendo a todos igualmente pobres, y sujeto a una autoridad estatal suprema, lo que resulta en el mínimo común denominador, sin derechos naturales inherentes, y sólo privilegios en el mejor de los casos, con la promesa de beneficios que generalmente no son eventuales, o que son insostenibles, y no es propicio para la creación de incentivos.

En lugar de ello, el factor de motivación es el miedo del poder del Estado y la autoridad del partido y su liderazgo, combinado con duros castigos para aquellos que no “vivan y dejen vivir”, a menudo arbitraria, con poca o ninguna protección de los caprichos y los mecanismos del estado policial totalitario. El producto final es aquiescencia y no el entusiasmo. El socialismo-marxista tampoco proporciona ningún incentivo natural para la protección de los recursos y el medio ambiente, prestándose al expansionismo, y en esto, no hace distinción de los estados vecinos, ni de otras culturas. Además, es ateo, sin respeto por el Creador, el individuo, ni las creencias y los valores de una comunidad religiosa.

El Nacional Socialismo era sobre el trabajo y la iniciativa personal, y asumir la responsabilidad, no sólo para uno mismo, simplemente para beneficio propio, sino también para la comunidad nacional, así como el medio ambiente (es decir, el hábitat natural y la sociedad), y por lo tanto, garantizar la supervivencia, es decir, la salud y la prosperidad de la nación y la sociedad como un todo, y no solamente la “supervivencia del más apto” y la prosperidad continua del ya próspero, exclusivamente para su propio beneficio.

Requería que todas las personas, de todas las clases trabajaran juntas para su beneficio y el interés común y mutuo. El papel del gobierno era solo el de facilitar este entorno auto-suficiente para todos los miembros de la nación en la que todos pudieran vivir bien y prosperar, con la demanda y la oferta dirigida principalmente al mercado nacional, en las necesidades nacionales, regionales y locales, mientras se producía y consumía lo necesario en casa.

Esto significaba que la nación tuvo menor dependencia del mundo exterior para la industria y el comercio, ahora era más independiente en el mundo, menos sujeta a los mercados globales, los intereses corporativos internacionales y sin necesidad o incentivo para expandirse, ni para coaccionar y amenazar a otras naciones.

“Nunca fuimos de derechas o de izquierdas. Para nosotros, un país no es el 50 por ciento de sus habitantes luchando rabiosamente contra el otro 50 por ciento, localmente estimulados por los partidos rivales.


Un país es un pueblo y no dos mitades de un cuerpo electoral, dormidas durante cuatro años, despiertas durante tres semanas de campañas furibundas…”

– Leon Degrelle, General de las Waffen SS y héroe de guerra del Ejército Alemán, El Odio Político


          Por el contrario, los ideales liberales masónicos, generan una “nación de individuos” con cada uno por su lado, con poca o ninguna preocupación por las necesidades de la comunidad nacional en su conjunto; La unidad orgánica de la cual el individuo se derivó primero y fue nutrido, con sólo una noción teórica de un efecto de goteo, o un efecto mariposa hacia los demás. Y subyacente a esto, la suposición de que aquellos que hacen bien, lo hacen legítimamente, y ocasionalmente darán algo de vuelta, por lo tanto, legitimando la estructura de poder de los plutócratas o oligarcas, y el grado de poder e influencia que ellos, los pocos, mantienen sobre los muchos.

Esto es generalmente considerado como la “libre empresa” (o el Libre Mercado), pero es realmente un desenfrenado mercado Judeo-Capitalista, y prospera en un sistema de especulación bursátil, en  manipulación y tratos hechos a puerta cerrada, y en especial donde el sistema monetario (creación y el control de la moneda) está en manos privadas, combinado con la deuda y los intereses o “usura”, creando un monopolio, tal como ocurre con la Reserva Federal de los EE.UU. que está en manos del judaísmo internacional.

Los Nacional Socialistas en Alemania se opusieron a esto poniendo un estricto control sobre el banco central y los mercados de valores, mediante la creación y el control de su propia moneda libre de deuda e intereses, con base en el trabajo, el valor de la mano de obra, y la consiguiente producción del pueblo, no en oro, plata u otras materias primas, cuyo valor está sujeto a la especulación. También pusieron límites a los salarios y los precios, así como, reducción de las importaciones y exportaciones, y se evito los puntos de venta “caja grande” a gran escala que podría inundar el mercado con productos baratos importados.

“Hitler ponía en práctica el patrón Trabajo, opuesto al patrón Oro. En sus relaciones comerciales internacionales preconizaba el “barter” (trueque) y estaba dispuesto a no aceptar los préstamos bancarios extranjeros (la Banca alemana había sido embridada y puesta al servicio del Reich).

Esto era fatal para la Alta Finanza Internacional, no ya por el hecho de haber perdido al importante mercado alemán, sino por el peligro que representaba el Reich, en su doble vertiente de su expansión económica y de ejemplo para otros países que desearan romper las cadenas de la Kapinter…

En plena guerra, en Alemania, no se habla de la necesidad de aumentar los impuestos, ni de estimular el ahorro ni de lanzar enormes empréstitos de guerra. Muy al contrario. Recientemente acaba de abolirse un importante impuesto. El dinero es tan abundante que, desde nuestro punto de vista, no tiene explicación. Hitler parece haber descubierto el secreto de trabajar sin un sistema financiero clásico y haber puesto en marcha un sistema basado en el movimiento perpetuo.”

–The Times, Londres, 11 y 13 X 1940 y 15 X 1940.

¿ERA EL NACIONAL SOCIALISMO DE IZQUIERDA, O DERECHA?:

       La visión del mundo del Nacional Socialismo no era ni de “derecha”, o de “izquierda” en términos de cómo la mayoría de la gente ve el espectro político (y que tristemente han caído en este paradigma que no es más que un medio y no el fin mismo y que solo funciona en los hemipléjicos mentales), sino más bien, una Tercera Vía y se vio a sí misma como una amplia base, un popular movimiento social nacionalista, dirigido a involucrar a todas las clases de la entidad nacional para el mayor bien del pueblo en su conjunto, de la que todos se beneficiarían.

El Nacional Socialismo expresó su compromiso con el pueblo alemán, al contrario de los sistemas rivales como el judeo-bolchevismo-marxista y el judeo—capitalismo- masónico o “liberalismo”.

También se opuso a los intentos del judaísmo internacional de infiltrarse, para tomar posesión y dominar el cuerpo político nacional, como había sido el caso anteriormente (República de Weimar), y como fue el caso en otros países desarrollados, creando una amenaza existencial para las naciones y pueblos soberanos. Un claro ejemplo (entre muchos) es el de Estados Unidos, dejándose engañar y seducir por el dinero de este pequeño clique de judíos, lo perdió todo luego del final de la Segunda Guerra Mundial, hoy Estados Unidos y el pueblo norte americano están a la merced del judaísmo internacional, esto es lo que pasa cuando pactas con el diablo:




Ariel Sharon


"Cada vez que hacemos algo, me dices que los americanos harán esto y lo otro. Te quiero decir algo muy claramente: no te preocupes de la presión americana hacia Israel, nosotros, los judíos, controlamos América, y los americanos lo saben”

– Ex Primer Ministro israelí Ariel Sharon a Shimon Peres. IAP News 3-10- 2001 Citando a la emisora de radio Israelí Kol Yisrael


          Por lo tanto, el Nacional Socialismo puso un enfoque significativo en la llamada “cuestión judía” en relación a la vida en Alemania especialmente. Eso no era en absoluto un problema netamente alemán. Este tema era hablado en muchos países, incluyendo Inglaterra y Estados Unidos, y otros países europeos en busca de soluciones. Al final todos los lideres, con excepción de Hitler se rindieron ante el poder financiero de la banca internacional judía, empujando al mundo a la guerra mas desastrosa en la historia la humanidad, porque Hitler cometió el pecado de liberar a su pueblo, que en efecto vivieron libres durante los primeros 6 años de gobierno NS, y así como también lucharon y murieron libres durante los 6 años de la guerra.

“El crimen imperdonable de Alemania antes de la II Guerra Mundial fue su intento de extricar su poder económico del sistema de comercio mundial y crear su propio mecanismo de cambio, que le negaría beneficios a la finanza mundial.”


–Winston Churchill, Memorias. 

“No vamos a permitir que ese fulano, Hitler, se salga con la suya. Su política monetaria es un peligro para todos.”


–Bernard M. Baruch, durante un homenaje a George C. Marshall en 1938, citado por Francis Neilson, The Tragedy of Europe.


       De hecho, los judíos sionistas también reconocieron el problema e incluso buscaron la cooperación con Alemania, en beneficio mutuo de largo plazo a ambos pueblos.

Debe tenerse en cuenta que el judaísmo y la masonería están íntimamente ligados, y que la Revolución bolchevique-comunista fue financiada por los banqueros judíos internacionales de Wall Street, y fue fomentada por sus secuaces.

Por lo tanto deberíamos llamarlos por sus nombres; Judeo-bolchevismo-comunista, y el otro Judeo-capitalismo-masónico. Son las dos caras de la misma moneda y ambos tienen mismo efecto neto de destrucción de las naciones soberanas, ambos engendran expansionismo y globalismo, y ambos conducen a la explotación y la esclavitud.

        Mientras que, el Nacional Socialismo era un sistema real, auto-financiado, un movimiento iniciado desde cero, que se opuso a lo mencionado anteriormente y, por tanto, este clique internacional no habría tenido ningún interés en la financiación de un partido que promovió (y creo) un sistema de gobernanza que podría poner fin a su monopolio y su agenda global.

De hecho, ellos harían todo lo posible para tratar de detenerlo, incluida la difamación, la guerra económica y la guerra militar pura y simple…. y lo hicieron.


“Marriner Eccles, del Federal Reserve Board, y Montague Norman, presidente del Banco de Inglaterra, llegaron a un acuerdo, en 1935, sobre la política a emplear para aplastar, por todos los medios, incluyendo la guerra, si fuese necesario, los experimentos financieros de Hitler.”

–The Word de Glasgow, 3-8-1949.


      El Nacional Socialismo NO era sinónimo de fascismo (*). Había algunas similitudes pero en realidad está más allá de nuestro alcance aquí para entrar en este campo en detalle. Sin embargo, si uno es de la creencia de que el fascismo equivale a “corporativismo”, como Mussolini es a menudo citado por haberlo dicho en la descripción de su sistema de gobierno, entonces este sin duda NO es el caso con el Nacional Socialismo por todas las razones ya descritas.

Más bien el Nacional Socialismo, era la idea básica de que el pueblo es la nación, y la nación es el pueblo, y que su líder Nacional Socialista y el partido (su gobierno) eran una manifestación y reflejo de sí mismos, lo que expresa y realiza su voluntad, y NO la de cualquier clase particular de personas, ni ningún grupo de interés especial, como es el caso de las “democracias” actuales.

      (*) Lo que los gobierno de hoy llaman “fascismo” no tiene relación con los gobiernos Fascistas Italiano y Español, al igual que han hecho con el Nacional Socialismo, creando una caricatura deforme llamada “Nazismo”, la doctrina Fascista del siglo pasado ha sido completamente distorsionada, queda de cada persona estudiar todos los aspectos y sacar sus propias conclusiones.

Mientras Mussolini creía que el fascismo podía y debía ser exportado, para contrarrestar la amenaza del comunismo internacional, la idea de que el Nacional Socialismo como un sistema orgánico al por mayor pudiera ser “exportado” a otras naciones es falsa.

¡No se pretendía para la exportación! El Nacional Socialismo fue diseñado para los alemanes de ese período de tiempo, en las condiciones que estaban viviendo y las amenazas que enfrentan. Han habido, los movimientos nacionalistas revolucionarios que están en consonancia con el propósito general y las filosofías del NSDAP, pero el Nacional Socialismo de Hitler no era compatible con ninguna otra nación más que la Alemania, por la sencilla razón de que cada pueblo y raza tiene sus propias costumbres, tradiciones e idiosincrasias, y por tanto, deben desarrollar su propio nacionalismo a su imagen y semejanza, y como ya mencione a lo sumo podrían adaptarlo con el propósito general y las filosofías del NSDAP.

Al menos en un discurso, Hitler también dijo que era no era factible ni deseable tratar de hacer alemanes de polacos o los franceses. Cuando se le declaró la guerra contra Alemania, dijo en varias ocasiones que nunca fue su intención de hacer la guerra, y se lamentó de que la guerra lo mantenía lejos de su trabajo para el pueblo alemán (parafraseando).


“Nunca fue mi intención el hacer la guerra, sino el construir un nuevo estado social de la más alta cultura, y cada día de esta guerra me roba ese trabajo”   –Adolf Hitler

En términos económicos, el programa de los Nacional Socialistas fue presentada en un folleto por Gottfried Feder, cuyo título se podría traducir como “Manifiesto para el quebrantamiento de la servidumbre del interés del dinero“, en la que él promovió, entre otras cosas, participación de las ganancias de los trabajadores en las grandes empresas, la ampliación de la legislación de bienestar social, acabar con la especulación del sector inmobiliario, y el poner a los grandes almacenes bajo el control de los gobiernos locales, para servir mejor a las necesidades del pueblo.

A diferencia del bolchevismo, el Nacional Socialismo no propuso eliminar la empresa privada y la propiedad privada. Sino más bien, su objetivo era proteger a la población contra los excesos de los plutócratas, sin restricciones por cualquier sentido de solidaridad de grupo patriótico.

NACIONALISMO

          Desde la perspectiva de los Nacional Socialistas, “Nacionalismo” significó (y aun significa) una apreciación y un deber, de preservar la nación o Volksgemeinschaft, en todos los aspectos, visa vis los intereses identitarios de otras naciones, así como también de los intereses internacionales, y es que; El hombre ha olvidado que toda cultura depende de él y no viceversa; que para conservar una cultura definida, el hombre que la construyó también precisa ser conservado, una nación o pueblo resuelto a sobrevivir y a ser potencia, debe como condición sine qua non oponerse al multiculturalismo promovido por los globalistas y medios de comunicación judios, con la meta de destruir a los pueblos, convirtiéndolos en masas homogéneas sin herencia, cultura, identidad racial, sin nación, i.e. Elementos internacionales.

         Los Nacional Socialistas NO eran unos ciegos arrogantes o engreídos chauvinistas, ni tenían un concepto de “superioridad” natural o inherente sobre los demás grupos étnicos de este mundo, y no intentaron destruir o explotar a los demás.

Era sobre el pueblo alemán, que fuesen amos en su propia casa, con: el derecho a la libre determinación; los medios y la capacidad para controlar efectivamente su destino sin interferencias, mientras levantaban un nuevo estado social de la más alta cultura, ¡con integridad! El Nacional Socialismo, por lo tanto, luchó contra el “internacionalismo” que destruye naciones a través del cosmopolitismo desarraigado y siempre cambiante. El internacionalismo fue encarnado por el liberalismo, la plutocracia, el bolchevismo y el judaísmo internacional.

Walter Gross, a la época diputado del Reichstag, miembro de la División de Política Racial creada por Hess y experto en pureza racial, dijo estas esclarecedoras palabras:

“Nosotros apreciamos el hecho de que aquellos de otra raza sean diferentes de nosotros… Si esa otra raza es ‘mejor’ o ‘peor’, no es posible para nosotros el juzgarlo. Esto exigiría que nosotros transcendamos nuestras propias limitaciones raciales durante el veredicto y que asumamos una actitud sobrehumana, incluso divina, sola actitud a partir de la cual un veredicto ‘impersonal’ podría formarse sobre el valor o falta de él, de las muchas formas vivientes de la inagotable Naturaleza”

Esto fue escrito en 1939 y Gross fue nombrado jefe de la “Oficina de Política Racial del NSDAP” (“Rassenpolitisches Amt der NSDAP”) en 1942, lo que indica que sus tesis gozaban de la completa aprobación oficial.



RESUMEN:

       El propio Adolf Hitler describió el Nacional Socialismo como “la doctrina política de la comunidad nacional“. El nacionalismo, como él lo entendía, era la devoción del individuo con su comunidad étnica “Das Volk”, y el socialismo era una responsabilidad del individuo a la comunidad nacional.

El nacionalismo y el socialismo, por ende, en el fondo, eran sinónimos y son interdependientes: El auto-sacrificio para tu comunidad étnica en conjunto. Lo que también era, y es, sinónimo del ideal cristiano de amar al prójimo como a ti mismo, y estaba firmemente arraigado en el suelo, unidos en esta labor, a través de la sangre, sudor y el trabajo, para uno mismo y los demás, la creación de la autosuficiencia y la garantía de la soberanía de la nación, incluyendo a las generaciones futuras, a través de la conservación y protección del hábitat natural.

CITAS:

“Yo entiendo por socialismo: El más grande servicio a mi pueblo, renunciando a mis metas personales por el bien del todo. El bienestar del todo es esencial. El concepto del nacionalismo es al final, nada más que amor y devoción por mi pueblo.”   – Adolf Hitler 

“El concepto marxista manipulado por el judío de la lucha de clases se interpone en el camino de la unidad nacional”   – Adolf Hitler. 

“Las frases, nacionalismo y socialismo identifican las corrientes políticas contemporáneas de antaño y no requieren que se creen nuevos valores. La falta de sentido de la comunidad dio lugar a un odio ardiente mutuo. Hoy en día el contraste entre la burguesía y el proletariado necesita ser superado, porque la ascencion de cualquier nación sólo puede tener lugar bajo ideas comunes. Tenemos que cerrar la brecha y reunir las fuerzas de nuevo en una nueva plataforma ”    –Adolf Hitler.


Dr. Joseph Goebbels sobre el Socialismo

“¡Sí, nos llamamos el Partido de los Trabajadores!… Porque queremos hacer el trabajo libre, ya que para nosotros, el trabajo productivo es el motor de la historia, porque el trabajo es más importante para nosotros que las posesiones, la educación… El marxismo, con sus teorías destructivas de los pueblos y razas, es exactamente lo contrario del socialismo. El marxismo es el cementerio, no sólo para los pueblos nacionales, sino también sobre todo para la clase que lucha con todo su corazón para su realización: La clase obrera”

– Dr. Joseph Goebbels, 1930.

El siguiente programa del lunes 15 de abril, del programa radial “Spingola Speaks”, Rodney Martin discute sobre el “Nacional Socialismo Vs Socialismo de izquierda marxista”

Este programa señala las claras diferencias entre el Nacional Socialismo y el socialismo de izquierda-marxista. Adolf Hitler y otros altos funcionarios del NSDAP abordaron este tema en gran detalle, sin embargo, aun hoy se mantienen las distorsiones y, a menudo el Nacional Socialismo se confunde con el socialismo de izquierda, y en otros casos se les acusa de ser de derecha, esto en ambos casos denota la ignorancia de las masas sobre la esencia del NSDAP.





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