El bombardeo de Magdeburgo sucedido el
16 de enero de 1945 fue uno de los ataques aéreos más devastadores en una
ciudad alemana durante la Segunda Guerra Mundial, convirtiéndose en uno de
tantos crímenes del bando de los aliados.
Magdeburgo se encuentra al este de Alemania
El primer ataque que sufrió fue en el 22
de agosto de 1940, pero sería hasta 1944 que los bombardeos se
intensificarían. El peor ataque sucedió el 5 de agosto de 1944, en el
cual murieron 683 alemanes y 13,000 más perderían sus hogares.
Al final de aquel año, siendo 18 los
bombardeos sufridos en total, junto con instituciones públicas, hospitales y
hospitales militares, 1,690 alemanes fueron asesinados.
Semanas antes del 16 de enero de 1945
sucedieron ataques relativamente débiles en Magdeburgo. La mayoría de las
alarmas sonaban por que los bombarderos eran ubicados en Hanover, teniendo
a Berlín como objetivo.
Iglesia dañada por los bombardeos. Foto tomada en abril de 1945
En la mañana del 16 de enero, a las 11
de la mañana, 400 superbombarderos B-17 de la 8 ª División de la Fuerza Aérea
estadounidense atacaron el puerto comercial, la compañía BRABAG de
Hidrogenación en Rothensee y las empresas de industria pesada (incluído la
fábrica de Krupp-Gruson). Este ataque destruyó también casas vecinas y causó
daños a la red de tranvías.
A las 8:30 pm, los comandos de las
divisiónes 4 ª y 6 ª de la Fuerza Aérea británica llegaron. Bombas de luz para
la navegación fueron lanzadas contra la ciudad. Poco después de las 9 pm, el
infierno comenzó. Grandes cantidades de bombas convencionales, bombas
incendiarias y minas aéreas provenían del cielo. El ataque duró no más de 38
minutos.
Foto área de la destrucción de Magdeburg
Más de 16,000 civiles
alemanes perdieron la vida. Miles de ellos quemados, otros tantos asfixiados
por la falta de oxígeno o envenados por los gases tóxicos de este único ataque.
El centro de la ciudad de Magdeburgo
fue aniquilado casi por completo, incluso la catedral con la tumba de Otón I y
su esposa, y el Monasterio de Nuestra Señora sufrió graves daños.
En comparación con otras ciudades, el
grado de destrucción de los edificios fue muy alto. Prácticamente toda la
antigua ciudad fue casi completamente aniquilada.
Al final, el bombardeo masivo realizado
no tuvo influencia decisiva. Alemania
seguiría luchando.
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