Nota preliminar: Este ensayo está dedicado al
Dr. Robert Faurisson. Él fue el primero en señalar las imposibilidades químicas
y toxicológicas de la existencia de las cámaras de gas de Auschwitz.
Uno de los dibujos de David Olere (prueba “irrefutable” de los exterminacionistas) en el cual puede apreciarse como unos integrantes de los Sonderkommmandos, arrastran cuerpos gaseados sin ninguna protección en presencia de un soldado alemán también desprotegido.
A principios de 2005, el historiador del
Holocausto Deborah Lipstadt publicó su famoso libroHistoria de
un juicio: Un día en la
Corte con David Irving.
El libro es su versión de los hechos sobre el
juicio en el año 2000 por difamación en el que el historiador británico David Irving demandó a Lipstadt por “ negacionista”.
Durante la duración de la sesión, la atención
de los medios se centraron en la batalla entre las opiniones revisionistas y
las tradicionalistas sobre la tragedia judía durante la Segunda Guerra Mundial.
En el libro mencionado, se exponía de forma muy sencilla la cuestión a fin de
que todo el mundo pudiera entender las razones por las que deben rechazarse las
teorías revisionistas del Holocausto, aceptando así la existencia de las
cámaras de gas de Auschwitz.
En la primera parte, Lipstadt pone en duda la investigación Fred Leuchter, el experto en
cámaras de gas estadounidense que llevó a cabo el primer estudio forense de las
supuestas cámaras de gas de Auschwitz. Comprobamos que, aunque el informe de Leuchter tenía sus defectos, sus
conclusiones fueron corroboradas por un estudio científico sobre el mismo a
cargo de Germar Rudolf del “Institute of Quimical Max
Planck” .
Tanto en los informes de Leuchter como de Germar Rudolf, se dice que solo fueron encontrados restos minúsculos de gas de cianuro de hidrógeno (HCN) en las muestras tomadas de las paredes y los suelos de las supuestas cámaras de gas homicidas en Auschwitz. Sin embargo, grandes cantidades de residuos de HCN se encontraron en las muestras tomadas de las cámaras de desinfección, donde el HCN se utilizó para despiojar los colchones, la ropa y otras pertenencias de los prisioneros. Si la estancia señalada como “cámara de gas” fue efectivamente utilizada como tal, uno esperaría encontrar una acumulación considerable de residuos HCN, por lo menos algo comparable a la encontrada en las cámaras de desinfección. En ambos informes de las conclusiones son las mismas: No hay pruebas fehacientes de la existencia de supuestas cámaras de gas para envenenamientos a seres humanos.
Ahora vamos a examinar la técnica y el
funcionamiento de las supuestas cámaras de gas de Auschwitz tal y como fueron
presentadas por el profesor Lipstadt y uno de sus principales testigos
expertos, el Dr. Robert Jan
van Pelt, y luego plantearemos las siguientes preguntas:
¿Fueron científicamente posibles?
¿Realmente existieron las cámaras de gas?
En su intento de demostrar que las cámaras de
gas de Auschwitz existieron, Lipstadt, comentando el informe de Leuchter, dijo:
“Si Irving hubiera realizado algunas
investigaciones podría haber descubierto los errores de Leuchter que afirmaba haber medido 3.200 partes
de HCN por millón. Sobre la base de este cálculo, Leuchter sostuvo que el residuo de una
cantidad tan grande de gas habría exigido que los Sonderkommandos-los internos
que manejaban los cdáveres-, habrían tenido que esperar veinticuatro horas
antes de entrar en esas cámaras de desinfección”.
Con el fin de dar al lector una perspectiva adecuada, vamos a recrear el escenario de Lipstadt:
Las víctimas elegidas (de mil a dos mil)
llenan en su totalidad la cámara de gas. El cianuro de hidrógeno se distribuye
por toda la cámara, y los prisioneros mueren envenenados.
Los sistemas de ventilación eliminan el HCN
residual y en ese momento losSonderkommandos entran en la cámara y retiren los
cuerpos de las víctimas.
Lipstadt. afirma que el cáculo de Leuchter
declarando que los Sonderkommandos habrían tenido que esperar veinticuatro
horas antes de entrar en la cámara era erróneo, pero Lipstadt seequivoca en su
apreciación e insiste, “solo el diez por ciento
de la cantidad calculada porLeuchter ya
era suficiente para matar a seres humanos No
hace falta más cantidad de gas para matar personas que para matar piojos”.
Las afirmaciones del fallecido Jean-Claude Pressac – un experto en las cámaras de gas de
Auschwitz, (que con sus trabajos intentaba refutar las afirmaciones de los
negacionistas del Holocausto) afirmó que de 12 a 20 gramos por metro cúbico de
HCN eran los supuestamente utilizados en un gaseamiento , mientras que de 2 a 5
gramos por metro cúbico eran los utilizados en una desinfectación de piojos.
Contradiciendo a Lipstadt,
afirma que era necesaria una mayor concentración de gas para matar a seres
humanos que para despiojar.
La afirmación de Pressac contradiciendo a Lipstadt, sugiere que él y sus
compañeros promotores de la ideología del Holocausto cambian su historia de
acuerdo a las necesidades propagandísticas del momento.
El Dr. Robert
Jan van Pelt, profesor de arquitectura en la Universidad de Waterloo de Canadá,
está considerado como el mayor experto en la técnica y el funcionamiento de las
supuestas cámaras de gas de Auschwitz.
En relación con la defensa de Lipstadt en el juicio por difamación Irving-Lipstadt en Londres entre enero y abril de
2000, Van Pelt testificó como testigo experto en
artilugios pensados para asesinatos en masa. Es evidente que Lipstadt se basaba, en gran medida, en el
trabajo de VanPelt en su intento de demostrar la
existencia de las cámaras de gas de Auschwitz. Por lo tanto, cualquier crítica
a las teorías Lipstadt también deberían hacerse a las de Van Pelt ya que este hace tres afirmaciones
importantes con respecto a la técnica y el funcionamiento de las cámaras de gas
homicidas. Una de las cuales era la absorción por los cuerpos de las víctimas,
de la mayor parte del gas liberado dentro de la cámara..
Para contradecir las afirmaciones
revisionistas del Holocausto, insiste en que los sistemas de ventilación de las
cámaras de gas eran lo suficientemente eficaces para eliminar prácticamente
todo el HCN restante en las cámaras después de una gasificación para que asi
losSonderkommandos pudieran
entrar en ellas muy poco tiempo después de la muerte de todas las víctimas con
el fin de hacer su trabajo.
En palabras del propio Van Pelt:. “Con el potente sistema de
ventilación y con el hecho de que la mayor parte del cianuro de hidrógeno era
absorbido por los cuerpos de las víctimas, el tiempo necesario para ventilar
las cámaras de gas para que los Sonderkommandos se reducía a unos veinte
minutos.”
Por último, afirma en su libro que David
Olere (un dibujante
judío-francés deportado a Auschwitz en 1943), “es
uno de los testigos más importantes sobre el funcionamiento de las cámaras de
gas, proporcionado datos visuales muy importantes sobre el diseño y funcionamiento
de las cámaras de gas y los incineradores del Crematorio 3”.
De hecho, a lo largo de todo su estudio
intenta demostrar que Olere es un testigo de fiar y habla de
sus dibujos en los términos de “consistentes
y evidentes”.
Jean-Claude Pressac también afirmó, en su
momento, que los dibujos de Olere eran “un
importante registro visual de las cámaras de gas”.
“Los dibujos”, señaló Van Pelt, “fueron plenamente corroboradas por
los planos arquitectónicos de la Oficina de Construcción de Auschwitz y las
fotos aéreas”.
Por lo tanto, Lipstadt, Pressac y Van
Pelt afirmaron que Olere era el más importante testigo de los
gaseamientos masivos, y que sus dibujos daban a conocer al mundo “una descripción precisa de la
técnica y el funcionamiento de las cámaras de gas de Auschwitz”. Pero, ¿es esto así?
En su libro, Van Pelt publicada algunos de los dibujos más
importantes de Olere con respecto a la estructura y
funcionamiento de las supuestas cámaras de gas, pero no incluye uno de los más
importantes. Es una pintura que muestra los Sonderkommmandos abriendo la puerta de una cámara
de gas y tirando los cadáveres después de un gaseamiento masivo. En la pintura,
los presos están sin camisa, y no están usando ningúna máscara antigás, guantes
de goma o trajes protectores.
Pressac incluye esta pintura
en su libro porque supuestamente es un importante registro visual de la
operación de las cámaras de gas. En relación con este asunto, escribió: “El fragmento de horno mostrado a
la izquierda, más allá de las dos flechas, es puramente simbólico (no había horno en el sótano) y echa a perder una escena
que habría sido irreprochable sin ese detalle”.Pressac dice claramente que esa pintura es
una imagen exacta de lo que ocurría mientras reconoce que en ella hay un
elemento ficticio.
En cambio Van
Pelt no hablade la pintura en
su libro, tal vez una de las razones por las que no incluye tan
“importante” prueba es porque se dio cuenta de que lo que había dibujado Olererealmente no había
existido.
El envenenamiento puede suceder fácilmente
por inhalación o por absorción cutánea.
Leuchter habló de los
peligros que entrañaba el manejo de una sola víctima envenenada por HCN . “El cuero de la víctima tiene que
lavarse completamente con lejía o con amoniaco ya que el veneno exuda a
través de su piel, si no se hace así la persona que lo manipule morirá”.
Bill Armontrout, perito en el
segundo juicio a Ernst Zündel en Toronto y director de laPenitenciaría
del Estado de Missouri, en la cual existe una cámara de gas para las
ejecuciones, confirma el peligro: “Una
de las cosas que el gas cianuro hace es entrar en el cuerpo a través de los
poros de la piel, por lo que hay que usar guantes de goma y con una manguera
descontaminar el cuerpo antes de hacer nada más “-
Armontrout reveló al tribunal
Toronto las medidas de seguridad necesarias para evitar que aquellos que
manejan el cuerpo de un cadáver víctima de intoxicación por el HCN pueden ser
también afectados mortalmente por el gas:
“El ventilador debe funcionar durante
aproximadamente una hora antes de que dos oficiales equipados con Scott Air
Pack (aparato autónomo de
respiración que los bomberos usan para entrar en espacios llenos de humo)abran
la escotilla de la cámara de gas y retiren la cubeta de plomo que contiene el
residuo de cianuro. Los dos oficiales deben usar un traje de goma desechable y
guantes largos también de goma. Rocíar el cuerpo del condenado en la silla
donde ha sido ejecutado, con especial atención al cabello y a la ropa ya
que suelen quedar restos de cianuro, luego sacar el cadáver y colocarlo
en una camilla donde vuelve a ser descontaminado”.
Incidentes trágicos de la vida real
corroboran las afirmaciones de Leuchter y de Armontrout.
A los veintitrés años, Scott
Dominguez descendió a un
depósito, con el fin de limpiarlo, en el se había volcado cianuro de hidrógeno
y ácido fosfórico, con el fin de sanearlo. Cuando Scott comenzó a mojar el
interior con una manguera se produjo el gas. Al igual que losSonderkommandos del los dibujo de Olere, el señor Domínguez ni llevaba máscara ni equipo de
seguridad, por lo que fue afectado por el HCN teniendo que ser rescatado por
los equipos de emergencia y trasladado al hospital. Sufrió daños cerebrales
permanentes a causa de su exposición al HCN.
Otro incidente trágico también apoya las
afirmaciones de Leuchter y el de Armontrout.
En junio de 1995, se produjo un dramático
accidente en una cueva en la ciudad francesa deMontérolier. Tres niños
encendieron una hoguera en su interior sobre la que colocaron una bomba sin
explosionar que encontraron de la Primera Guerra Mundial y que contenía gas de
cianuro de hidrógeno. La bomba explotó y el gas mortal acabó con la vida de los
niños y también con la de los cuatro bomberos que acudieron al rescate. Según
un catedrático de química y física, Soulie
Louis, las muertes de los niños y de los bomberos, (uno de ellos, incluso,
llevaba una máscara antigás), se debieron al hecho de que el cianuro de
hidrógeno se disuelve y penetra en el organismo a través de la piel, causando
el envenenamiento.
Repitamos: Uno de los bomberos llevaba una
máscara antigás, pero pereció debido a que el HCN penetró en su cuerpo a través
de la piel. Incluso seis días
después de su muerte, una concentración de cianuro, el doble de la dosis letal,
aún se podía detectar en la sangre de los fallecidos.
Por último, está el caso de un suicidio por
envenenamiento con cianuro que tuvo lugar en laUniversidad de Grinnell, Iowa (EEUU). Una estudiante se
suicidó ingiriendo cianuro de potasio, tomó tal cantidad que el vapor que
expelía su cadáver afectó a las nueve personas que estuvieron cerca de ella,
teniendo que ser trasladados al hospital urgentemente.
El cianuro de potasio reacciona con el agua
existente en el interior del cuerpo produciendo gas de cianuro. Los gases
emitidos a través de su piel eran tan tóxicos que la residencia donde el
suicidio tuvo lugar y el hospital donde fue llevado el cuerpo de la estudiante,
tuvieron que ser ventilados durante 24 horas!
Téngase en cuenta que estamos hablando de
vapores que desprende un solo cuerpo. Imagínense los que pueden
desprenderse de dos mil víctimas que fueron, supuestamente, gaseadas de
un tirón en la cámara de gas de Auschwitz!
Con el fin de dar al lector una perspectiva
adecuada, vamos a recrear el presunto escenario que describe Van Pelt:
Las víctimas elegidas (de mil a dos mil) se
amontonaban en la cámara de gas. El cianuro de hidrógeno mortal se distribuye
por toda la cámara, matándoles a todos. Los cuerpos de las víctimas absorben la
mayor parte del gas letal en la piel, en el cabello, en los poros y en los
pulmones. Los sistemas de ventilación eliminan rápidamente el HCN residual. En
ese momento entran los Sonderkommandos y comienzan a extraer los cadáveres.
Una vez más, vamos a dar a Van Pelt el beneficio de la duda. Como sabemos
los cuerpos de las víctimas absorben la mayor parte del gas HCN. Así que
tenemos más de mil cadáveres saturados de gas mortal, (pelo, narices, bocas,
piel, pulmones…) Bill
Armontrout dice “ que el HCN emanaba de los cuerpos
de las víctimas.”
Seguimos, los Sonderkommandos entran en la cámara de gas para sacar
los cuerpos. Según uno de los testigos más importantes Van Pelt, David Olere (el dibujante), los
Sonderkommandos que sacan
los cuerpos de las cámaras no llevan ni máscaras antigás, ni trajes
protectores, ni guantes de goma para protegerse de la inhalación o absorción a
través de la piel del HCN. Y, atención: ni
tan siquiera llevan camisa !!
El pesado trabajo de la extracción de los mil
cuerpos de las cámaras hace que los Sonderkommandos suden, y las personas que están
sudorosas son aún más propensas a absorber el HCN a través de la piel.
Los cuerpos de los cadáveres, como ya hemos
dicho, transmiten el HCN, por esa razón el cuerpo de alguien que ha
muerto por envenenamiento con ese gas se debe lavar y descontaminar a
conciencia.
En ningún escrito de Pressac ni de Van Pelt ni en los dibujos de Olere se hace mención, o se ve, de que
el cuerpo de cada víctima debe lavarse y descontaminarse a fondo después de un
gastamiento.
Volvemos a la operación de las cámaras de
gas. Los Sonderkommandos entran en las cámaras para sacar los
cuerpos y sudan a causa del duro trabajo. Esto hace aún más propensos a
absorber el gas HCN mortal que emana de la masa de cadáveres en la cámara de
gas.
Como señala el profesor Soulie, los bomberos murieron
por el HCN absorbido por su sudor, también el que llevaba una máscara antigás,
en cambio, David Olere,
testigo directo de las extracciones, dibuja a los Sonderkommandos sin camisa, sin guantes de goma
y sin máscaras antigás, lo cual les hace víctimas sin paliativos del gas.
Como vimos en el caso de la suicida del Grinnell College, el vapor de
un solo cuerpo fue lo bastante tóxico como para enviar a los que se acercaron a
su cuerpo al hospital. Imaginen el impacto toxicológico de uno a dos mil
cuerpos, sobre los Sonderkommandos y soldados iban sin máscaras de
antigás ni trajes protectores. La mortalidad entre ellos hubiera sido
abrumadora!
Por lo tanto, el dibujo del principal testigo David Olere, o es inventado o
está equivocado. Aunque la discusión de este asunto es un tanto vaga, ya que Van Pelt supone que, lógicamente, los Sonderkommandos tendrían que llevar – por lo menos –
máscaras antigás para entrar en la cámara y extraer los cuerpos.
Quizás esta es la razón por la que Van Pelt no publicó el dibujo más importante de Olere. Se debió dar cuenta de que el testimonio más importante del funcionamiento de las cámara de gas contenía una imposibilidad física. En otras palabras: no pudo publicarlo porque no quería dar a los revisionistas del Holocausto más razonamientos para usarlos contra la historia de la cámara de gas de Auschwitz.
PeroVan Pelt, si incluyó un dibujo de David Olere en su libro. En ese otro dibujo muestra a losSonderkommandos, después de un gastamiento, recogiendo pelo y arrancando dientes de oro de las víctimas. Al lado de los Sonderkommandos se aprecia la pierna con una bota militar de un soldado. Tampoco en ese dibujo los Sonderkommandos llevan máscaras antigás, guantes de goma, o trajes de protección para protegerse del HCN.
Volvemos a lo afirmado por el perito, el
alcaide Bill Armontrout. El
cuerpo de un criminal gaseado se debe lavar con una manguera y descontaminarlo,
sobre todo los cabellos, ya que es en ellos donde la mayor parte del HCN es
recogido. Sin embargo, en el dibujo de Olere,
vemos los Sonderkommandos,
sin ninguna protección, tocando con sus manos desnudas el pelo de miles de
víctimas!
Uno de los puntos importantes aquí es lo
siguiente: Incluso dando a Lipstadt y Van
Pelt el beneficio de la duda,
asumiendo que todas sus afirmaciones sobre el funcionamiento de las “cámaras de
gas” son correctas, la operación de extracción sigue siendo prácticamente
imposible.
No se puede contrarrestar las tesis de los
revisionistas diciendo:. “Bueno,
los dibujos de David Olere son sólo un símbolo de lo que realmente ocurrió, una licencia artística”. Si esto es así, entonces sus dibujos
no son una representación exacta de la operaciones efectuadas en las cámaras de
gas, porque entonces la afirmación del Dr. Van
Pelt de que los dibujos de Olereproporcionan un registro
visual muy importante se derrumba por si solo.
Tampoco se puede decir: “Bueno, a los nazis no les importaba la vida de los Sonderkommandos, así que para que usar ningún tipo de protección“. Muy por el contrario, los guardias nazis que supuestamente supervisaban las ejecuciones tenían que asegurarse de que los Sonderkommandos hicieran espacio de forma rápida sacando todos los cuerpos para dejar sitio a la siguiente tanda de víctimas. Por lo tanto, debían asegurarse de que losSonderkommandos se mantuvieran vivos, por lo menos durante el tiempo suficiente para terminar “el trabajo”, es decir, que para lograr mantenerles vivos ese tiempo, habrían tenido que usar máscaras antigás y trajes protectores, también, como es del todo lógico, para proteger la vida de los guardias nazis que supuestamente supervisaban las ejecuciones.
Lo que se ha revelado aquí no es nada nuevo. Ya en la década de 1970, Robert Faurisson reveló al mundo la imposibilidad química y toxicológica de la cámara de gas en Auschwitz.
Irónicamente, es, creo, una señal muy
favorable para el futuro del revisionismo del Holocausto, que la mayor parte de
las elites de poder occidentales se niegen a debatir a los revisionistas , y en
su lugar recurrir a los insultos, las amenazas y el encarcelamiento. El
revisionismo del Holocausto no puede ser derrotado con la evidencia y la razón
ya que sus adversarios son intelectualmente impotentes para hacerlo, ya que no
pueden derrotar al revisionismo con los hechos, las pruebas y la lógica
Paul Grubach
PRUEBAS DE QUE EL HOLOCAUSTO JUDIO ES UNA EXAGERACION
EL INFORME LEUCHTER El fin de una mentira Cámaras de gas:
Holocausto judío
MILES DE JUDÍOS FALSIFICARON DOCUMENTOS DEL HOLOCAUSTO Y
COBRARON 42 MILLONES
DIRECTOR DE CINE ISRAELÍ DESMANTELA EL MITO DEL JABÓN JUDÍO
JUDIOS QUE DESMIENTEN EL HOLOCAUSTO
DESMINTIENDO ARITMETICAMENTE LA CIFRA DE LOS 6 MILLONES DE
JUDIOS "GASEADOS" PARTE 1
DESMINTIENDO ARITMETICAMENTE LA CIFRA DE LOS 6 MILLONES DE
JUDIOS "GASEADOS" PARTE 2
DESMINTIENDO ARITMETICAMENTE LA CIFRA DE LOS 6 MILLONES DE
JUDIOS "GASEADOS" PARTE 3
DESMINTIENDO ARITMETICAMENTE LA CIFRA DE LOS 6 MILLONES DE
JUDIOS "GASEADOS" PARTE 4
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